Solo quiero abrazar y besar a Giovanna Pollarolo

Aquí estás Giovanna Pollarolo.  He venido, porque quiero abrazarte y darte un beso.  Pero te encuentro con la gran Ursula, Rita, Mercedes, Queta, Angela, Amalia, Nena y otra más, que no conozco.  Como comprenderás, me siento un poco incómodo con la presencia de todas ustedes.  Sin nadie de mi especie, me siento minimizado.  Además, siguen hablando, como si yo no estuviera.  Conversan tan agitadas, que parece se van a dar golpes, unas a otras.  Pero, ¿Por qué están tan raras hoy, 5-M? Yo solo quiero saludar a Giovanna.

Angela acaba de terminar su brillante exposición sobre el sudafricano Coetzee: Desgracia.  Pero nadie le aplaude.  Todas siguen hablando, como locas.  Y yo, trato de llamar tu atención Giovanna y ni me miras.  También estás enredada en la conversación de ellas.  ¡Tanto asombro les ha ocasionado el titular de la revista "Hola", con el romance de Mario e Isabel!.  La pobre Angela, se está marchando de la reunión, porque no le han dicho nada de su exposición.  Pasa por mi lado y ni me mira.  ¡Se va!  ¡Se fue recontra arrochada!  Giovanna, haz algo, por favor.  Todas siguen hablando e insultándose.  Que la Queta no sé qué, que la Ursula y la Rita.  Que Aída le dijo a la mujer de Mario, no sé qué.  Esto parece la tercera guerra mundial. ¿Por qué Ursula no pones orden, como Presidenta del Club?.  ¡Qué fatídico 5-M  Yo solo quiero abrazarte Giovanna y darte un beso.  Nada más.  Pero, ¡no!  Todas siguen hablando juntas.  ¿Por qué?




¿A qué viene lo de Aristófenes?  Me rompo la cabeza, tratando de entenderlas.  Está bien que en un principio teníamos los dos sexos y que Zeus nos partió en dos.  Luego tendríamos que buscar nuestra otra mitad, para juntarnos.  Pero, ¿Qué tiene que ver esto con que ustedes se saquen los trapitos al aire?  Acaso con los más de ochenta años de Mario, se va a creer este cuento.  ¡Ya, pues!  Hay otros escritores en Perú, que merecen nuestra atención: Daniel Alarcón, Santiago Roncagliolo, Renato Cisneros, Alonso Cueto y demás.  Ya pues, Ursula, di algo.  ¿Por qué no dices nada?  Olvídense de Mario, ¡por Dios!  ¿Qué?  ¿Pobre Patricia?.  ¿Víctima de la sociedad del espectáculo?  Pero, ¿de qué diablos están hablando en este club de lectura?  Todas están con los ojos grandes y el ceño arrugado del rostro.  Se van retirando de la sala, menos mal.  Sin despedirse, ni nada.  Una por una.  Y tú, Giovanna, por fin te podré saludar.  ¡Que se larguen todas!.  No me saludan.  ¡Qué me van a saludar si todas están aturdidas, molestas...!  No me importa, yo solo quiero abrazar y besar a Giovanna.

¡Por fin, se han ido todas!  Tú estás allí Giovanna.  Casi despeinada.  Me miras con ojos penetrantes.  Yo también te miro fijamente.  Me acercó para saludarte.  Tu sigues mirándome.  Tengo que reconocer, que no estás mirando nada.  Tu mirada es al vacío.  Estás desencajada.  Sales como todas, sin decir nada.  Y te escucho susurrar: "¡Pobre Ursula!".  Entonces, comprendo, al final, el silencio de ella.  ¡Qué fatídico 5-M!


Comentarios

Entradas populares de este blog

Pensamiento adulto de la psicología de la "Resurreción"

Introspección en estas fiestas patrias; desde la psicología de la religión,

Adrián: Psicopolítica en tiempos inciertos.