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Mostrando entradas de enero, 2019

Psicotecnología y el mito de la eternidad

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El futuro jamás será como lo pintan las películas de ciencias ficción.   Es una premisa que tendríamos que dejar en claro.   Sin embargo, puede decirnos por dónde vamos y los alcances que podemos visualizar de la ciencia.   Así, estamos llegando a la conclusión que la inteligencia artificial (IA), está superando a la inteligencia humana, en algunos aspectos.   Por ejemplo, la toma de decisiones.   Ubicar una dirección remite, inmediatamente, a un sistema de posicionamiento global, basado en integración de satélites, más conocido como GPS.   Guía con mucha certeza hasta el lugar que se quiere llegar.   A nadie se le ocurre, preguntar en cada esquina a cualquier persona, para que nos ubique, pues muchas veces nos llevaran al desvío.   Más confianza y precisión existe en el GPS.   Así de rápido y simple es la IA.   Por ello, Jeffrey Nachmanoff nos vuelve a sorprender con una película de ciencia ficción: “Réplicas”.   Cruzando todas las fronteras de la discusión bioética sobre el

Psicología del robo y la rapiña vs Psicología de la reciprocidad

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¿Cómo se produjo en realidad este cambio, esta “civilización” en Occidente?  ¿En qué consiste?  ¿Y cuáles fueron sus impulsos, sus causas y sus motores?  Es la pregunta que se formula Elías Norbert, para llegar la conclusión de cambiar nuestros esquemas mentales en abordar la manera de entender al ser humano frente a la pos modernidad.  Para que los Estados y el Comercio se consoliden, en lo que hoy conocemos como grandes Repúblicas e intercambio de comercio global, pasó toda una experiencia de robo sistemático y violento entre las comunidades humanas.  El saqueo y la rapiña son las características psicológicas históricas, inscritas en los genes individuales que se expresan en el comportamiento colectivo.  Violencia y robo, fueron comportamientos de una estructura psíquica del incentivo, por afirmar los grandes Imperios.  Hasta aquí, se entiende perfectamente.  Sin embargo, la pregunta planteada por los colegas de la Universidad Nacional de Piura, me deja espantado, porque lle

Psicología del amor

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Te quiero mucho. Con esa frase, terminé de hablar por teléfono, un día antes que iniciaras el proceso de tu partida final.  Me sorprendió tu respuesta reactiva y constructiva.  ¿Por qué? Por todo lo que habíamos hablado.  Tu familia, las anécdotas durante esos 23 años que compartí tu estilo de vida.  Fue muy bello trabajar en dupla siempre.  Tus recuerdos siempre fueron motivo para animarme a seguir adelante, pero también para retar mis decisiones.  Si hubieras tenido mi edad, también estuviéramos en algún lugar del Perú desafiando las convicciones místicas por un mundo más inclusivo.  No me cabe la menor duda.  Ese “Te quiero mucho”, significa también las fiestas que vivimos juntos y que buscábamos cualquier pretexto para pasarla bien.  Aquel día feriado, cuando hicimos una fiesta en el almuerzo.  Solo éramos cuatro en la mesa.  Para nosotros eso era suficiente.  Cuando Elías comenzó a recitar poemas inventados.  Tú comenzaste a desafiarlo con otro poema: “¡Esa guirnalda! ¡