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Mostrando entradas de septiembre, 2018

El relato de mi historia psicosexual

Hola Lucía.   Apenas 14 años y ya estás locamente enamorada de Alberto, un hombre que vale la pena a sus 25 años.   Estás ilusionada de verlo trabajar en su chacra, con el inmenso ganado que posee la familia.   Además, “letrado”.   Porque, Alberto viene de una universidad de Lima. Dos años de estudios superiores.   Él también está locamente enamorado de ti, estimada Lucía.    En el campo, la etapa de exploración relacional, propia de tu edad, es como descubrir el mundo de los afectos sin temor, en la comodidad que te da madurez de Alberto.   ¡Muy bien Lucía! Estoy mirando tus ojos, mientras relatas estos acontecimientos.   No dejas de reír con dulzura.   Tu pelo ondulado, lo imagino más grande y arrogante, cuando suceden los hechos que me estás contando.   Hasta que por fin, vuelvo a la escena de tu relato.     El matrimonio.   No te da tiempo de explorar más el mundo de las emociones y los afectos con lo masculino.   Alberto se constituye en tu única posibilidad de escudriñar el

Psicología del enfoque de género

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Pensé que todo lo tenía claro, estimado Daniele, cuando me dijiste que el Alfa cuida de su manada, guiándola por caminos seguros.  Consigue alimentar a los suyos, para no dejarlos morir.  Además, tenía que cuidarse de mantener sus estatus de Alfa, porque en su misma manada, hay quienes desean arrebatarle ese lugar.  En mi mente está los cambios de modos de pensar que hemos tenido a lo largo de la historia.  Sobre todo, aquella vez cuando descubrimos la escritura.  Ese paso histórico, sin precedentes, fue toda una revolución, para organizar nuestra vida de otra manera, entre los que sabían leer y escribir con los analfabetos.  Hoy vivimos un cambio de magnitud parecida en nuestra manera de pensar y ver el mundo.  Entre los cibernautas que saben usar la red y los que no saben.  El Alfa se va transformando en el que nos guía, sin perder su esencia.  Por eso, me llama tanto la atención la definición que vas desvelando en tu relato, estimado Daniele.  Se ha transformado tanto que,

Psicología y bioética en el vientre de alquiler

Estimados Rosario y Jorge, después de la prisión preventiva y el susto que han pasado en Perú, me surge una extraña sensación de vacío, que va más allá de las leyes que los llevaron a esta situación.  Entiendo que cualquier mujer del mundo puede hacer uso de su autonomía y ofrecer, de manera altruista, su vientre, cumpliendo el deseo de una pareja imposibilitada de tener hijos, como ustedes. La autonomía, por encima de cualquier otro principio ético, no tendría ningún problema, si así se dan las condiciones.  Es un requisito ineludible en cualquier proceso para tal fin.  Hasta allí, todo es muy fácil de pensar y sentir.  Cuando el vientre ofrecido, se somete al alquiler y mediación comercial, entonces entra a tallar otros niveles psicológicos y bioéticos, que aún no están tomados en cuenta en las leyes masculinizadas del mercado, donde el dinero tiene el sexo del varón, dentro de las convenciones socio-culturales machistas, sintetizadas en el capitalismo, que tanto ustedes como chilen

Silahuá. Psicología de la fantasía

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Silahuá, hasta ayer fuiste una(o) perfecta(o) desconocida(o).  Pero no necesitas que te conozca para existir. Hoy, eres objeto de mi fantasía porque, al igual que yo, necesitas recomponerte y deshacerte de todo pensamiento que quiera manipular tu vida y existencia, dejándote en el olvido.  Eso es lo que veo en tus ojos, a través de los adolescentes que se abrazan y se miran apasionados por vivir sus sueños. Me invitas a cerrar los ojos, para imaginarte.  Entonces comienzo a ver un pueblo de la sierra de Piura altamente desarrollado.  Los habitantes de las diferentes regiones del Perú, desean llegar a ti, porque tienes todo para vivir: Centros de estudios especializados, alta tecnología agroindustrial, centros de esparcimiento para todos los gustos, lugares cómodos y modernos para vivir.  No puedo imaginarte de otra manera, mientras en los rostros de los adolescentes se dibujan unas sonrisas que contagia.  ¿Por qué imaginarte de esa manera? Porque la psicología de la fantasía