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Mostrando entradas de agosto, 2018

Psicología matrística en mujeres y varones.

Cuando me enteré que Orna es mujer y no desea ser madre, una angustia se apoderó de mí. Abrí mis ojos lo más que pude, para entender bien de lo que estaba percibiendo.  Es algo así como, el rechazo a lo que significa la virilidad de un hombre frente a una mujer que se niega a darnos un hijo.  Surge la pregunta: ¿Por qué ese síntoma de ansiedad que percibo como varón? Mis colegas decidieron corroborar la decisión de Orna frente a 95 madres en Piura, la mayoría entre los 28 a 36 años de edad.  Los resultados son devastadores para la psicología masculina, que no termina de entender el grado de maternidad cortical que llevamos dentro; negándose asumir dicha realidad psicológica.  ¿Cómo así? Las mujeres madres dijeron que sienten temor hablar del tema.  Por eso, prefieren decir que jamás desearían que sus hijos repitan la misma experiencia que ellas han vivido: tener hijos muy pronto, en la relación amorosa con su pareja.  Además, que no desean que sus hijos sean tratados como a el

Psicología de la corrupción vs Fernando

La corrupción llegó a tal extremo que Fernando a sus diez años gritó con tal fuerza, que hasta hoy resuena desde Cusco para toda Latinoamérica.   ¿Por qué gritó Fernando? El terrible shock post traumático, que produce la crueldad de cualquier abusador, inicia su proceso de recuperación en la víctima, a través de la capacidad humana de expulsar con fuerza los mecanismos reprimidos de la opresión, a través de la palabra.   Cuando ésta no se puede ni balbucear, entonces se grita.   Principio gestáltico, para que las emociones sean exteriorizadas a través del cuerpo. Llanto, dolor, rabia, impotencia, son los sentimientos que irrumpen desde lo más hondo de cualquier víctima, en el momento de descargar todo su trauma.   Pero, ¿Por qué gritó Fernando?   El abusador suele emplear una serie de mecanismos sistemáticos, para ocultar los sentimientos de odio hacia una raza o persona cualquiera, cuando no han satisfecho su egocentrismo como “dueño” que se cree de su víctima.   Es decir, el

Ética, psicología y educación, desde Portachuelo.

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Hace veinte días estuve en un Centro Educativo (CE), de primaria y secundaria, en Portachuelo.  Esto queda a dos horas, caminando, de Chalaco.  La sierra de Piura.  Por supuesto, tuve que caminar una hora más que los lugareños, para llegar allí.  El CE tiene una infraestructura moderna, que contrasta con la pobreza del entorno.  Me llamó la atención una parabólica, para tener conexión a Internet.  Asimismo, la sala con varias computadoras, destinada para los alumnos.  Por supuesto, no funcionaban y tampoco se podía conectar a Internet, desde hace más de un año.  Fue un proyecto sin mantenimiento. Los profesores viven en una casa alquilada, con un baño común improvisado.  En casa de una vecina del colegio.  Aproximadamente más de 10 profesores, para el pueblo.    Cuando uno mira este tipo de contraste, entonces es fácil darse cuenta el paradigma sobre educación que mantiene este tipo de infraestructura.  El expositor anterior ha mencionado a Paulo Freire.  En sintonía con ese punto