Salud Mental vs Psicología del androcentrismo (2)


                                                                  (Pintura de Sousa)

Soy Tatiana.  28 años. tengo nueve hermanos. Vivo en una comunidad campesina.  A dos horas de la ciudad.  Tengo retardo mental leve.  Tres meses de embarazo.  Estoy con mi mamá, derivada del psiquiatra.  No pueden darme medicamentos. No puedo dormir y tengo ataques de llanto, porque mi padre, hermanos, cuñadas no me quieren.  Solo me quiere mi mamá.

Hace dos años me fuí a Lima.  Trabajé en supermarket, de esos que hay por todos lados.  Un año trabajé.  Me enamoré de un hombre mayor, Juan.  Me llevó a su cuarto.  Tenía sexo conmigo todo el tiempo.  Hasta llevó algunos amigos de él, para que hicieran eso conmigo.  Cuando llegó mi mamá a verme, me encontró muy delgada.  Maltratada.  Me trajo a mi casa, acá al campo.  Pero yo quiero a Juan, porque él dice que me quiere.  Pero no puede venir por ahora.  Quiero comunicarme con él.  Lo amo.
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Cuatro sesiones para lograr su relajación.  Paliar su angustia y, más o menos, pautas para descubrir el origen de los síntomas de ansiedad.  Un mes después, ella se fuga.  Se va a otra ciudad.  Su madre, llega a la consulta y hace el siguiente relato:
"Cuando tenía cuatro hijos, un vecino se enamoró de mí.  Me enviaba cartas, que yo rompía.  Una vez, le escribí una nota.  Le dije que nos veríamos, a escondidas, para aclararle las cosas.  Yo no quiero nada con usted. Así le decía en esa nota.  Pero mejor escondí la carta en las cañas de la pared de mi casa.  Me olvidé de esa nota.  La encontró mi hijo mayor, de diez años.  Se la enseñó a mi esposo.  Me golpeó delante de mis hijos.  Me dijo que era una puta, mala madre [llora amargamente].  Todos mis vecinos se enteraron.  Me llevó golpeada, a la casa de mis padres.  Mi madre me cacheteó y golpeó.  Yo me arrodillé y le decía que no tenía nada con ese hombre.  Pero me pegaba.  De ahí, le tocaba a mi padre.  Él no me hizo nada.  Pero llamó a mi esposo y le dijo que él ya sabía como se arreglaban estas cosas: dale duro, para que aprenda.  Así nomás regresé a casa.  Los seis hijos que tuve después son producto del desamor.  Mis hijos ya están casados, todos.  Son desamorosos conmigo.  Su padre siempre me pega y dice que soy una puta. Su padre no los dejaba acercarse a mi y ellos piensan igual que su padre.  Hasta las nueras, no se acercan para que no les digan nada.  Pero mi hija, Tatiana, siempre fue apegada a mí.  Ella nunca les hizo caso a los demás.  Me abraza siempre y me besa.  Por eso, le tienen cólera y le dicen que es puta igual que yo.  Por eso se fue a Lima, mi hijita, huyendo.  Yo la comprendo.  Yo me la traje de Lima.  Mi hijita no piensa bien.  Ni su padre, ni sus hermanos la quieren, porque es apegada a mí.   Toda la vida la han dejado de lado.  Pero ella no piensa bien..."
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Tatiana fue encontrada en una ciudad cercana, vendiendo caramelos.  La volvió a traer su madre.  A los ocho meses de embarazo, hicimos una sesión con su padre, madre y ella.  En juego de roles se enfrenta al terapeuta, que hacía de padre, gritándole ¡eres una puta igual que tu madre.  Eso eres Tatiana.  Solo sirves para estar con hombres.  Te gustan los hombres.!... Tatiana, reacciona.  Rompe las hojas que tenía en mano y grita: ¡Si me gustan los hombres mucho!  ¡No soy una puta! lo repite varias veces y llora.  Su padre comienza a llorar y se acerca al terapeuta y le dice que pare.  El terapeuta sigue insultando.  Tatiana separa al padre del terapeuta y le grita: ¡No soy una puta! su padre agacha la cabeza, llora y le abraza... ¡Perdón hijita!... Su madre, murmura lo dice de boca y sigue llorando... Tatiana coge la mano de su madre la levanta.  La abraza...
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Ya ha nacido su bebé.  Está en su pueblo con su familia.  Su padre ha pedido ir a su comunidad, para hablar con la familia y explicar todo a sus hijos.

(Con el C.I. del paciente para publicar.  Solo el relato es auténtico.)

Comentarios

  1. Waoo... muchas veces hay cosas que no se saben o se perciben de manera distinta en otros a como son en realidad, el quedarse callado, el no comunicarlas, los tabúes, lo prohibido y el patriarcado son el condimento perfecto para poder causar tanto daño psicológico en la familia teniendo como consecuencia rencores y estragos en la sexualidad misma de sus parientes.

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