Contra la iatrogenia del MINEDU

Vamos a analizar, desde la ética psicológica, una entrevista de Mavila Huertas al Ministro de Educación, Idel Vexler (HARADA, 2017)
“La Educación debe promover el respeto mutuo, la convivencia pacífica en un marco de tolerancia y respeto tanto de los varones entre los varones como de los varones entre las mujeres…”
Así respondía el Ministro, frente a una pregunta que tenía que ver con un hecho concreto de violencia de género.   El “deber” siempre responde a la pregunta fundamental de la ética: ¿Qué debo hacer? (CAMPS, 2005., pág. 12).  Constantemente, en nuestra psique, existe esta interrogante ante dilemas concretos, como en este caso.  De ahí que, el Ministro se ve forzado a seguir en su discurso hablando de la “educación nacional y del currículo, nosotros promovemos una educación en valores…”.  En buen romance, esto nos dice que se intenta hacer valer, la educación, por encima de cualquier diferencia cultural o ideológica, sin atributo alguno.  Por ello, no podríamos hablar de una ética cristiana, atea, musulmana, marxista, liberal, entre otros atributos.  Todo proceso cognitivo de ética, que se vea limitado por algún atributo, deja de ser una educación en valores, porque impone paradigmas mentales que violentan las interrelaciones humanas, en una educación de valores.   Todo parece, ir muy bien, en el armazón cognitivo (psicología), sobre la dimensión ética de la Educación, como sistema institucional.  ¿Allí termina el análisis ético de la psicología en Educación, en esta entrevista?  Lo que viene, de la entrevista, es lo que llamo promoción de la iatrogenia.
“Yo lo que creo es que la sexualidad no se enseña… la Sexualidad se da en un marco de la diversidad humana.  Donde, en una educación que respeta la pluralidad y la diversidad humana, debe respetar; mejor dicho, debe promover que, no haya discriminación de ningún tipo: por raza, por color de piel, por situación económica y mucho menos porque una persona tiene tal o cual orientación sexual”.
La sexualidad, engloba todo el mundo de la atracción en la intersubjetividad, desde la identidad personal, el autoconcepto o la capacidad cognitiva referente a la masculinidad o feminidad del modelo socio-cultural donde se desarrolla.  En otras palabras, son los vínculos que establecemos entre varones, entre mujeres o entre varones y mujeres.  Esta capacidad de atracción para establecer relaciones recíprocas, vínculos, es materia de entrenamiento y adiestramiento.  Es materia de ensayo-error.  Si la sexualidad no se enseña, entonces todo lo que me atrae, si deseo satisfacerlo, tendré que usar todos los medios posibles para complacer el deseo.  Así tenemos, que si me atrae tal persona, por su identidad personal o lo que sea, emplearé todos los medios primitivos que tengo para satisfacer dicha fuerza de atracción, que por ejercicio de nuestro proceso filogenético, gracias a los aprendizajes y culturas, hemos evolucionado. Es lo que se denomina neurocultura (MORA, 2007).  Nada de eso es válido, para la subjetividad de nuestro Ministro de Educación, aunque diste mucho del Sistema Educativo que esté liderando, de educación basada en valores.  He ahí la disonancia cognitiva entre lo que la Institución que lidera y el pensamiento del Ministro.  Sabemos que en estos días dejará el cargo, felizmente.  Esperemos que el próximo no caiga en el mismo error ético, desde la psicopedagogía.   ¿Se puede decir que hay una mezcla de las emociones del Ministro y la exigencia ética que su cargo amerita?  No.

No hay mezcla.  Esto es una disonancia que raya con la iatrogenia, desde un análisis de la ética de la psicología humana.  ¿Por qué?  Porque no podemos separar la ética de las emociones.  No basta conocer el bien, hay que desearlo.  No basta conocer el mal, hay que despreciarlo (CAMPS, El gobierno de las emociones, 2011. , pág. 13).  En otras palabras, si el paradigma mental del Ministro, difiere de las cuestiones básicas que el Ministro verbaliza, como miradas globales del Ministerio de Educación, es fácil caer en la cuenta que jamás se llegará a una razón práctica, que aterrice lo que las directrices del Sistema educativo peruano requiere en la vida común de los ciudadanos.  En psicología, lo denominamos disonancia cognitiva, que se verá reflejada en el daño a los estudiantes, al ejecutar directrices, que impliquen relaciones interpersonales entre Educador – Alumno.  ¿Podemos ejemplificar una consecuencia ética, a partir de este análisis?  Si.

Recientemente, el MINEDU acaba de emitir una resolución, 055-2018 MINEDU, para la contratación de profesionales para la jornada escolar completa, en donde el anexo 1,14, habla sobre el (la) psicólogo(a).  Para realizar sus funciones se puede contratar a un bachiller en psicología, un profesor o un trabajador social, indistintamente.  Esto va contra el principio de no maleficencia, desde el punto de vista ético.  Ante todo, no hacer daño a los estudiantes.  Contrariamente a lo que el Ministro manifestaba como “,,,la educación debe promover el respeto mutuo”, queda totalmente postergado el valor de respeto, en esta medida, de razonamiento práctico.  El perfil a esas funciones expresadas en la resolución, son la promoción de la iatrogenia psicológica para los estudiantes, con daños innombrables en la salud psicológica. ¿Por qué?  Porque un bachiller todavía no cuenta con el aval oficial para ejercer la profesión.  Un Pedagogo dista mucho de las labores de la psicología humana y un trabajador social, no se inmiscuye en la subjetividad del ser humano.  Pero, esto no es lo que les preocupa ni al Ministro, ni al Sistema Educativo peruano, al parecer.  En realidad, lo que está en juego, es profundizar el daño, que se viene ejecutando en los estudiantes en la búsqueda de su autonomía, como sujetos con pensamiento y razonamiento crítico, desde el acompañamiento a las etapas de desarrollo de su subjetividad.  Este es un daño, que trae consecuencias graves a familias enteras, pueblos y a nuestro país. 

Este 05 de abril, los psicólogos protestamos, frente a las entidades de la MINEDU, no por un puesto laboral.  Protestamos contra el daño que se les está haciendo a los estudiantes, vulnerando el principio de no maleficencia, que estamos llamados a preservar.  Un Ministro de Educación, tiene que comulgar con las directrices generales y específicas del currículo nacional.  “Debe” desear el bien y “debe” aborrecer el mal, por una cuestión ética frente a los educandos.  Por eso mismo, como psicólogos, porque sabemos de emociones, sentimientos y deseos es que nos molestamos, gritamos y alertamos a la comunidad, que se está haciendo daño a los estudiantes con la contratación de personal no idóneo para trabajar aspectos emocionales y afectivos de los estudiantes y pedagogos.  Se trata de una cuestión ética muy seria, causadas por disonancias cognitivas ya mencionadas, del actual Ministro saliente.  #NosVemosEnLasCalles este 5 de abril frente al MINEDU, por la salud psicológica de los estudiantes del Perú.  

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CAMPS, V. (2011. ). El gobierno de las emociones. Barcelona: Herder.

CAMPS, V. (2005.). La Voluntad de vivir. Barcelona: Ariel.

HARADA, C. (14 de Octubre de 2017). Canal N - entrevista. Obtenido de youtube.com: https://www.youtube.com/watch?v=NdeNFO2Me-w


MORA, F. (2007). Neuro-Cultura, una cultura basada en el cerebro. Madrid: Alianza Editorial.

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