Onanismo = autoerotismo = sexo solitario = Masturbación ...
Cuando nos tocábamos los genitales, en la niñez, sentíamos una sensación muy agradable. Las palpitaciones cardíacas aumentaban, mucho más. La respiración se agitaba. Hacíamos, incluso, movimientos en la cintura en vaivén. Era una experiencia sensitiva, muy parecida al orgasmo adulto, pero con profundas connotaciones psicológicas diferentes. Luego, nos quedábamos profundamente dormidos. Es algo que practicamos desde antes de nacer.

Algunxs dejan de practicarlo el resto de sus vidas. Muchxs otrxs, continúan haciéndolo a lo largo de toda su vida. Esto es así, porque se convierte en fuente de aprendizaje permanente, desde nuestro propio cuerpo. Cuando éramos adolescentes, y a los adultos también les sucede, esta experiencia libera las endorfinas en nuestro cerebro. Neurotransmisor que produce sensaciones de relajación, seguridad, tranquilidad y paz (Liebowitz, 1983). Por eso, se suele practicar, con más frecuencia, cuando se tiene situaciones de estrés o tensión.
Pero, ¿De dónde surgió la idea que era dañino? ¿Por qué los médicos no la recomendaban? ¿Cómo se originó la idea que era antinatural y que debía ser controlada por todos los medios posibles?
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