Psicología del bienestar: lideresas puneñas.

 

Estoy escuchando a las lideresas puneñas que están a punto de iniciar estudios universitarios o emprender nuevos trabajos para ayudar a la familia.  Nos hemos reunido para encontrar apoyo en la psicología que nos pueda liberar de esta angustia.  En medio de más ciento noventa mil muertos en todo el país por la pandemia y más de nueve millones de desempleados y subempleados, aproximadamente.  ¿Qué me dijeron?

Tenemos miedo a equivocarnos y nos sentimos inseguras de ingresar a la universidad.  Las expectativas de la familia y los que nos formaron son muy altas, para nosotras.  A veces, tenemos que reprimir sentimientos y emociones…

Recuerdo cuando la filosofía hablaba de la felicidad como un objetivo a lograr.  Por mucho tiempo la psicología estuvo interesada en elaborar planes terapéuticos para lograrla.  ¿Cómo hacerlo en un país de luto y desempleados?  ¿Qué elementos psicológicos podrían ayudar a estas mujeres puneñas para su tarea de liderar en su entorno?  Tengo que ser sincero y manifestar que la psicología hace muy poco dejó de lado abordar la felicidad y optó por centrarse en el bienestar de la persona.  Emocionarnos en lo que hacemos.  Aquellas actividades que nos causan placer realizarlas.  Tomar la decisión de entregarnos en eso que nos gusta y encontrar sentido en lo que realizamos.  Esos tres elementos forman lo que tradicionalmente se conoce como felicidad. Surge un razonamiento que, como mujeres, pueden sentirlo en la situación que vivimos y que yo, como varón no alcanzo a ver y me deja atónito. ¿De qué se trata?

Hasta un criminal puede ser feliz.  Cumple esos requisitos psicológicos.  Encuentra placer en hacer daño.  Planifica lo que hace (se entrega) y le encuentra sentido destruir a la persona que tiene en su mente obsesiva.  Experiencia que estamos viviendo como país, como región y que es parte de la historia de miles de mujeres en los andes y en el Perú entero. 

No se trata solo de pensar en positivo y estrellarse en una realidad demencial, como la que estamos viviendo. Eso sería una psicología barata que impide el desarrollo personal.  Entonces, comprendo que hay dos elementos más que la psicología aborda desde hace mucho tiempo. Uno de ellos es el logro, que tiene que ver con las habilidades que poseemos y el esfuerzo por duplicar, triplicar esas habilidades que nos hacen sentir placer.  Aún así, un asesino en serie, también lo experimenta.  El otro elemento psicológico es la capacidad de relacionarnos de manera activa y constructiva.  ¿Qué quiere decir esto?  Que todo el que nos salude o nos interrogue, merece nuestra atención y tiempo.  La importancia de entablar un diálogo donde el “otro” sea importante en ese momento que me dirige la palabra.  Escuchar al otro, como si fuera lo único que en ese momento es importante.  Los asesinos no tienen esta capacidad humana porque están obsesionados con sus víctimas.  No escuchan, solo quieren ser escuchados.   Por eso, no pueden ser felices jamás.  Ellas comenzaron a hacer la lista de las diez cosas que les emocionan, se entregan, encuentran sentido, logran y se relacionan de manera activa y constructiva.  ¿Cómo lo hicieron?

Estoy haciendo la lista de las actividades cotidianas que me gustan hacer o que me gustaría hacer.  Luego escojo tres de ellas y hago un programa con detalles minuciosos de cómo lograr realizarla.  Por ejemplo, si me gusta el ceviche, hago mi plan de ir al mercado, comprar el pescado. Ese día me pondré mi blusa celeste y falda blanca.  Las zapatillas celestes que me gustan tanto.  Tomaré el mototaxi en la esquina de la calle.  Compraré los limones, que escogeré uno a uno.  Los llevo a la casa.  Pongo la música del grupo 5 y casi bailando, comienzo a trozar el pescado.  Pico los limones aparte.  Uno por uno.  Corto la cebolla, mientras escucho la canción “motor y motivo”. Mezclo la sal, pongo la cebolla y escurro el limón.  Llamó a mis hermanos y a mi madre, para comer ese ceviche, mientras me he servido en el plato chico, con florcitas alrededor que tengo, para verlos cómo comen lo que preparé…

En mi imaginación veía como hacían los planes de cada actividad que les causa placer, entrega y sentido. Unidos al logro y las relaciones activas y constructivas.  La boca se me hacía agua por el ceviche imaginado.  Pero eso, no fue lo que suscitaría mi atención de estas lideresas sino lo que me dijeron después.  ¿Qué fue lo que expresaron?

Me siento satisfecha de haber hecho esta lista tan sencilla.  Sorprendida de mí misma; actividades que había dejado de hacer y que ahora las tengo escritas, para reemprenderlas.  Mi madre está a mi lado y hasta ya nos hemos puesto de acuerdo.  Me siento super feliz…

Entonces, pienso que puede haber factores externos que impidan hacer lo que nos gusta, pero que no será lo decisivo, sino potenciar los factores internos a través de las habilidades y el esfuerzo, para salir adelante.  Lo que los psicólogos denominamos el equilibrio entre el control interno y externo.  Entonces, comenzamos a imaginar cómo nos vemos dentro de cinco años.  La cosa se pone apasionante, por todo lo que imagino.  Porque, dentro de los quince días que resta de este encuentro tienen que ejecutar las tres actividades que han detallado y luego hacer lo que quieren lograr en los próximos cinco años. ¿Qué harán con esa lista de la forma cómo se ven en cinco años?

La enterraré a las orillas del Titicaca como muestra de estar sujeta a la tierra que me ha visto nacer, para adquirir su fuerza y emprender rutas nuevas.  Quizá al aire y la brisa del agua, para sentir que es posible volar.  Llevarla a un templo, donde pueda quedar grabada mi ilusión, mis sueños, mi esperanza…

Antes de cerrar la pantalla de la terapia grupal, miro en mi interior los rostros de: Claudia, Jennifer, Ana Patricia, Roxana, Anel, Deyanira, Camila, Karla, Paola, Deysi, Melisa, Aidé, Brenda, Katlen… guiando a su pueblo, trabajando despacio su interior y forjando un mundo diferente en medio de un panorama desolador por el momento, pero no imposible de revertir.


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ATHANASIOU, A. - BUTLER, J. (2018). Desposesión: lo performativo en lo político. Buenos Aires: Eterna Candencia.

BUTLER, J. (2017). Cuerpos aliados y lucha política. Hacia una teoría performativa de la asamblea. Bogotá: Paidós.

SELIGMAN, M. E. (2011). La vida que florece. Barcelona: B.

SELIGMAN, M. E. (2018). El cirucuito de la esperanza. El viaje de un psicólogo de la desesperanza al optimismo. Barcelona: B.

 

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