Psicología de la religión y la actividad política.

Para el ex-ministro, Salvador Heresi, las convicciones cristianas están por encima del quehacer político.  Este pensamiento refleja muy bien la psicología autoritaria de muchas de las autoridades elegidas en el actual Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial.  

Para las próximas elecciones políticas, tendremos que pensar si las diferentes candidaturas tienen convicciones religiosas de este tipo, porque eso es muy vulnerable a la corrupción, autoritarismo y genocidio de los ciudadanos. 

No es que las convicciones cristianas sea un daño para el Perú.  Nada de eso.  Sino que, no puede estar por encima del bienestar de los ciudadanos que no tienen dichas convicciones.  A un político, no se le elige por ser cristiano o de cualquier otra orientación religiosa.  Eso no es garantía de nada.  Se le elige para trabajar y velar por el bienestar de la población a su cargo, aún cuando las convicciones religiosas, de este líder, sean totalmente opuestas al electorado.

La psicología de la religiosidad funcional, en los políticos actuales, representados en todas las bancadas, de manera especial por la mayoría parlamentaria, es un grave riesgo para la salud psicológica del Perú, dada la forma cómo lo están manifestando.  ¿Algunos ejemplos?

En el  Poder Judicial, hemos sido testigos que casi van a la cárcel dos periodistas y un ciudadano, por desenmascarar la corrupción y abuso de una organización religiosa como los Sodalites.  Por otro lado, en el Congreso, hemos escuchado argumentos de alucinación religiosa en congresistas que están luchando contra "Sodoma y Gomorra", como prioridad en su trabajo político.  Y, en el Ejecutivo, encontramos las secuelas del ex-Ministro Salvador Heresi. 

Erradicar esta psicología de la religiosidad funcional en los políticos, tendría que ser una tarea urgente, a partir de la nueva ley de salud mental.  Esto no quiere decir que hay que cambiar sus convicciones religiosas.  Para nada.  Sino que, necesitamos un trabajo psico-pedagógico y clínico sobre la religiosidad en todo el Perú, como un elemento de la persona que permita desarrollar todas la potencialidad humana al servicio del bien común.  De lo contrario, seguiremos encontrado a personajes, que vienen de una formación educativa religiosa, con una mentalidad donde robar, abusar y matar a las personas, está plenamente permitido por la divinidad que profesan.  La historia del surgimiento del grupo terrorista Sendero Luminoso, la dictadura genocida del fujimorismo y el endiosamiento de un líder político suicida, son los claros ejemplos del riesgo en que está sumido el país, de esta patología psicológica. 


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