ANDROCENTRISMO VS INCLUSIÓN

Las elecciones del pasado 10 de abril, en Perú, se puede considerar un triunfo. Aunque en el caso de Kucsynski (PPK), aún no hay resultados finales, oficiales, por la ONPE.  Al igual que la candidata Fujimori (K) está involucrado en actos de corrupción, en su historia política. Han sido elegidos y se respeta.  Pero, ¿por qué considerar un triunfo estas elecciones?

La mayoría parlamentaria está compuesta por la agrupación fujimorista.  Le sigue la izquierda, a través de la agrupación política, quizá la más sorprendente y coherente en esta contienda electoral, el Frente Amplio (FA).  Luego, la agrupación de PPK.  Después de muchos años, en la política peruana, la izquierda tiene una representación de esta magnitud en el próximo gobierno.  Esto significa, que será quien abogue por la inclusión en nuestro país.  Por supuesto, que entre el grupo K y PPK, arrasarán, porque son mayoría absoluta, con un mismo pensamiento androcéntrico, como modelo avalado por el estilo neoliberal.  Sin embargo, en contra de ese tipo de pensamiento, está la inclusión que ha planteado la izquierda, como principio en toda su campaña, sin variar en ningún momento.  El FA será quien garantice, o al menos intente, un equilibrio, en las futuras decisiones, que beneficien a las minorías excluidas de nuestro país: la sierra peruana, las mujeres víctimas de abuso, los ambientalistas y el grupo LGTB.

Desde la percepción psicosocial, de los dos candidatos a la segunda vuelta, podemos decir claramente, que ambos siendo de diferente género, mujer y varón, representan un solo pensamiento: el androcentrismo.  Ambos, piensan que la norma de pensamiento, que debe seguir imperando, es la del varón: Keiko y Kuczynski, son representantes absolutos de esta manera de ver al Perú.  Amparados por una estructura patriarcal, de un modelo neoliberal.  Para ellos, la inclusión es un tema de dádivas a las minorías.  Para la izquierda, liderada por el Frente de Amplio, la inclusión es un tema de empoderamiento de las minorías, que no sintoniza con una estructura patriarcal, por lo tanto no tiene cabida en un modelo neoliberal.  Lo que viene para el Perú, es la lucha y confrontación de estas dos maneras de incluir a los peruanos y peruanas, que no se ven representados en su mayoría, ni en el parlamento, ni en el líder presidencial, en el caso que gane Keiko o Kuczynski.  Ambos se sostienen por el pensamiento de la fuerza, imposición, dogmatismo, autoritarismo y verticalismo, propios de un sistema que luchará por hacer prevalecer el status quo de un grupo.  Como lo manifestó sin autoridad alguna, muy penosamente, el Arzobispo de Arequipa, Javier Del Río, utilizando la estructura patriarcal de la Iglesia Católica.  La izquierda que ha ganado en el Perú, ha roto con esa manera de pensar.  Intenta combatir esa estructura.  Por ello, promueve un cambio de modelo inclusivo de las minorías.  Algo, que tendrá que negociar la cúpula de poder que nos gobernará a partir de Julio del 2016.  ¡Gracias al Sur andino, a la Sierra peruana, por estar devolviendonos la esperanza para el Perú!  Nos espera un largo trecho por ir construyendo un nuevo Perú.  En medio de este desierto, algo comienza a florecer, literalmente.  

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