Parcelaciones de las emociones, sentimientos y afectos. ¿COP26?

En Escocia están reunidos más de 190 países, en este momento, para tomar decisiones entorno al cambio climático en un evento denominado “Conferencia de Partes” (COP26) (PINEDO, 2021).  La última fue en Paris.  De la reunión que quiero hablar no es ni la cantidad ni la dimensión de aquella.  Somos apenas más de 20.  La gran mayoría de Perú.  Otros pocos de Bolivia, Argentina, Paraguay, México.  Por supuesto que lo que decidamos no tiene el más mínimo alcance comparado con el encuentro en Escocia.  Sin embargo, se trata del mismo tema: El cambio climático, desde la dimensión política.  ¿Qué hace un psicólogo hablando en este tema?

Queremos abordar el tema del cambio climático desde lo que algunos han denominado la causa de todos los males: La parcelación (HICKEL, 2019).  Esto significa que el problema comenzó cuando el sistema se apoderó de los espacios públicos (tierras) y una inmensidad de bienes materiales.  Al adueñarse unos cuantos, a través de un proceso de privatización, se beneficiaron unos pocos, adquiriendo un poder económico incontable en este momento.  A costa del empobrecimiento de muchos seres humanos y del planeta en general.  Así, que el día de hoy someteremos esto a un debate…

Me muero de risa, porque me encuentro perdido en el tema por mi labor psicológica.  Cuando de pronto, lanzan la pregunta que nos hará poner los pelos de punta de rabia, ansia de justicia y compromiso.  La parcelación no solo es de bienes materiales.  También lo es de bienes inmateriales.  En su proceso se incluye las emociones, los afectos, las ideologías, la culturas… Y, para remate de mi asombro, la religión ha contribuido fielmente a que eso suceda, con las consecuencias climáticas que hoy nos afecta.  ¿Qué?  También pongo la cara de poseído, porque la pregunta se dirige a la mayoría de los creyentes en la reunión.  Los gestos, las miradas, el cambio de postura frente a la cámara son indicadores psicológicos que afirman lo implicados que nos encontramos todos los presentes, no solo esos países poderosos reunidos por allá.  Respiro profundo y espero respuestas, no logro entender mi auto escucha si es positiva o negativa lo que deseo aprender en esta discusión, cuando se levanta el telón para el debate:

Por supuesto que la religión ha contribuido a la parcelación, cuando ha infundido el sentimiento del miedo al infierno o el diablo.  Encerrándonos en un hoyo sin salida para el sometimiento de las conciencias.  Al dividirnos entre buenos y malos, no ha hecho más que tirar veneno, para que los poderosos hagan lo que quieran con la naturaleza ambiental y con la humanidad: esclavizándola, oprimiéndola, empobreciéndola, como hijos obedientes que esperan el reino de su deidad después de tanto sufrimiento de los poderosos en la tierra, quienes después de expoliarla se arrepentirán a último momento e irán al cielo, donde no iremos los miserables que hemos obedecido fielmente a nuestros amos para no revelarnos y luchar contra la contaminación que han generado y que si no nos matan de una vez, es porque nos necesitan para consumir y seguir produciendo…

No dejo de pensar en la época colonial y todos los procesos de parcelación de tierras, pero también de sentimientos, emociones y afectos totalmente parcelados por una religión acompasada con los poderosos para explotar la naturaleza en todas sus dimensiones.  Casi balbuceando digo que necesitamos reformular toda la doctrina de fe que nos han enseñado, de lo contrario seguiremos contribuyendo a que el cambio climático jamás llegue.  De inmediato surge una voz para hablar lo contrario, que inunde de esperanza la reunión desoladora hasta por demás:

Existen pequeños grupos religiosos que van en contra de esta parcelación mental y de bienes materiales.  Por ejemplo el Sínodo de la amazonia, la Fratelli tutti [de manera especial en la dimensión política] y finalmente, la perspectiva de ir uniendo religiones para romper las parcelaciones religiosas que tanta violencia han causado en la historia de la humanidad, como genocidios contra la naturaleza humana y ecológica…

Termina la intervención diciendo son pocos, pero son.  Entonces, irrumpe la idea de desmontar toda la doctrina en la interpretación parcelaria que refuerza la contaminación ambiental, llevando a la humanidad entera a este desastre ecológico.  Tengo que reconocer mi sensación de vacío, sentimiento de valentía y emoción de miedo por el desafío ante las autoridades religiosas, a quienes se respeta y quiere, sin embargo, ya no tienen que decidir solas ni colegiadas en grupos de hombres autoritarios, bajo unas relaciones verticales porque eso es parte de la parcelación genocida del medio ambiente. Pensamiento que no es mío sino de una intervención en el debate:

Si la estructura de las religiones no rompe con la jerarquía vertical, no tiene autoridad de motivar hacia el cambio climático.  Necesitamos una estructura que rompa el molde autoritario y permanecer en un diálogo horizontal, donde los creyentes y ateos seamos uno más en las interpretaciones sobre la doctrina, que nos ayude a cuidar la especie humana y el cosmos para ser un solo cuerpo…

Entonces afirmo que la cognición de los participantes creyentes comienza a calentar motores, para iniciar un largo proceso de lucha en sus parcelaciones, que la COP26 no logra visualizar desde los países poderosos del mundo.  

Foto de Luizinho Timoteo - Ayabaca (Perú)

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Francisco, P. (03 de Octubre de 2020). Vatican. Obtenido de vatican.va:https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html   

HICKEL, J. (19 de march de 2019). PAEReview. Obtenido de paecon.net: http://paecon.net/PAEReview/issue87/Hickel87.pdf 

PINEDO, X. (14 de Octubre de 2021). OJOPUBLICO. Obtenido de ojo-publico.com: https://ojo-publico.com/3117/debate-en-la-cop26-el-negocio-de-la-reduccion-de-emisiones