Psicoterapia grupal: El capitalismo de la vigilancia


Siento angustia en esta sesión de personas que vienen de diferentes partes del Perú, Bolivia, Argentina, Venezuela, México, entre otros[1].  ¿De donde brota este sentimiento?  Hace mucho tiempo que la biopolítica ha dejado de ser un punto de reflexión sobre el ejercicio de pensar el poder en toda organización ciudadana.  Pero ¿qué significa biopolítica y qué tiene que ver en esta sesión psicoterapéutica?

Es la fuerza que tiene el poder para controlar y manipular el cuerpo de las personas con fines de consolidar el poder que se tiene sobre un grupo, pueblo o nación.  Ejemplo: las medidas de cuarentena, por una situación de emergencia.  La prohibición de la prostitución clandestina y legalizada en determinados centros.  Los uniformes institucionales y homogenizar lo que cubre el cuerpo.  La reglamentación de anticonceptivos. 

Ese concepto básico, nos hace pensar en nosotros mismos.  Mientras estoy viendo a los que levantan la mano y quieren hablar. Surge el impulso de gritar porque me veo acorralado, controlado, cosificado.  Como “vivir en una cárcel sin rejas.”  En cualquier momento esta psicoterapia grupal terminará por destruir los esquemas mentales que confirma lo que  modelan los vínculos entre todxs nosotrxs. Surge la intervención de lo inevitable:

Siempre hemos sido controlados y vigilados.  Desde que se nace hasta nuestra constancia de defunción.  Todo es antecedente, por ello tenemos historia: clínica, educativa, social, cultural, geográfica… La lucha consistía en tratar de liberarse de estos moldes de control y vigilancia, de alguna forma.  Impuestos por las relaciones de poder entre nosotrxs mismxs o con las instituciones.  Pero hoy no es así, porque no sabemos quién o qué liberarnos, aunque sepamos que lo debemos hacer…

¿Qué significa esto de ser libres sin saber quién o qué nos ata?  Entonces, entiendo que la liberación consistía en escapar de alguien o algo externo que nos controlaba y vigilaba.  Podíamos esquivarlo o revelarnos.  Esa misma libertad hoy la explotamos al extremo, sometiéndonos nosotros mismos a la explotación de nuestra imagen personal y de lo que pensamos en privado.  La usamos para “mejorar” cada día.  No hay día de la semana para el descanso en el “desarrollo personal”, académico o lo que sea.  La internet nos ayuda en esa tarea.  Lo virtual no tiene horario. Tengo la ilusión de manejarlo.  Lo que hemos inventado ocupa todo el tiempo de la vida: estoy sujeto a mi propio rendimiento.  Me exploto a mí mismo.  Comienzo a sentir temor cuando se llega a este nivel del debate.  ¿Cómo así me exploto a mí mismo usando mi propia libertad? La respuesta cae de nuevo en el grupo que habla:

Cuando me propongo ser un sujeto de rendimiento.  Optimizar mi persona, conocimientos.  Algo así, como que si no estudio es por mi culpa y pereza, porque todo lo tengo a disposición en la red virtual.  Hasta el entretenimiento de Netflix o las mejores bibliotecas del mundo con un click.  Ya no es el cuerpo el que está sometido, sino la mente.  Por eso hay más casos de ansiedad, depresión, el síndrome del quemado (Burnout), estrés.  Somos fracasados por no lograr todo lo que soñamos.  Tenemos la culpa por no lograr objetivos de rendimiento.  Exploto la eficiencia personal hasta llevarme al fracaso. Los explotadores y explotados somos nosotros mismos.  La coacción es interna…

Observo las manos alzadas.  Los rostros de los que están hablando y de los que quieren decir su palabra.  Siento que gritan fuertemente dentro de sí mismos, sin ser escuchados, porque descubrimos que la libertad ya no es una búsqueda común, sino personal.  Se esconde tras el adjetivo de persona emprendedora, proactiva, exitosa.  No necesitamos de los otros para lograr la libertad.  Si tenemos éxito es gracias al excelente uso que hacemos de la red y si fracasamos es por nuestra culpa.  Somos víctimas y verdugos de nosotros mismos.  El cuerpo ha dejado de interesar al poder. Le interesa nuestra mente: las emociones, pensamiento, sentimientos.  El consumismo se instala en ese lugar psíquico.  La experiencia virtual nos está dominado en la fantasía del consumismo voraz.  Entonces, surge un gemido grupal, como el grito de Fernando en Cusco, cuando su padre era descuartizado. ¿Cuál fue ese gemido similar que salió del grupo?

Somos ignorantes no solo en el uso de las redes virtuales.  Ignoramos los procesos en los que se lleva a cabo esta interconexión.  No distinguimos entre lo que nos sirve o no.  Entre lo que nos humaniza y nos separa del consumismo.  Es seductor, motivador, nos lleva a la acción no sentimos que somos dominados y mucho menos darnos cuenta de que está usando nuestra propia libertad para consolidar su poder a través de la información nuestra que maneja en la enorme data (Big data) que todo lo controla y vigila.  Necesitamos una alfabetización en el sistema educativo, no para que nos enseñe a usar los equipos electrónicos y controlar la red, sino para descubrir los procesos con que hacen uso de nuestra libertad hasta extremos patológicos indecibles…

Entonces pienso en nuestros sistemas educativos que se quedaron en el tiempo de la caverna, aún cuando estén utilizando lo último en equipos electrónicos.  Necesitamos volver a la infancia de la ignorancia para traernos abajo todo lo andado y desestructurar el poder que regula nuestros vínculos: político, religioso, social, cultural.  Termina el tiempo terapéutico y retumba la pregunta en la cabeza para la próxima sesión: ¿Quién es más libre: ¿los países que usan la internet o los que intentan regularla, comprenderla?

Mi casa destruida en un incendio. Aqp

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BYUN-CHUL, H. (2014). Psicopolítica. Barcelona: Herder.

BYUNG-CHUL, H. (2021). La sociedad paliativa. Barcelona: Herder.

WALKER, Ch. (2015). La rebelión de Túpac Amaru. Lima: IEP.

FOUCAULT, M. (2006). Historia de la sexualidad. 1. La voluntad del saber. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

FOUCAULT, M. (2019). Historia de la sexualidad IV. Las confesiones de la carne. Madrid: Siglo XXI.

MEAT, M. (2019). Cultura y compromiso. Estudios sobre la ruptura generacional. Barcelona: Gedisa S.A.

RIVAS CASAS, A. (38). La alfabetización mediática e informacional en la era del capitalismo de la vigilancia. CUADERNOS DEL CLAEH, 323-344.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] Reuniones grupales de una Escuela denominada: Escuela de discipulado y humanización.  Se intenta reunirnos de diferentes creencias y espiritualidades, para decodificar todos los presupuestos teóricos que hasta el momento rigen nuestra vida y proponer otros que sean coherentes a nuestro tiempo.

 

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