Psicología del miedo. Desde un Dicasterio de Ciudad del Vaticano

Hace un año, la Congregación para la Educación Católica, de los Institutos de Estudios, publicó unas instrucciones sobre la cuestión de Gender (Género). “Varón y mujer los creó”, se tituló al documento.  ¿Cómo se expresa la psicología del miedo en este documento?

De entrada en el numeral 1: “Se difunde cada vez más la conciencia de que estamos frente a una verdadera y propia emergencia educativa, en particular por lo que concierne a los temas de afectividad y sexualidad.”  Desde esta premisa toca el tabú de la afectividad y sexualidad.  He ahí el miedo.  Quien firma el documento es el Cardenal Giuseppe Card. Versaldi, encargado de ese Dicasterio.  Es decir, organismo especializado en los asuntos de la Curia Romana.  El cardenal es psicólogo y abogado.  ¿Por qué este miedo hace tambalear los fundamentos que se quieren expresar?
En psicología sabemos que el miedo patológico paraliza.  No aquel miedo que funciona como un mecanismo de defensa.  Un reflejo automático.  Por ejemplo, hay una explosión al costado de mi casa, entonces actúa el reflejo del miedo.  Salir corriendo para entender lo que pasa y huir ante cualquier peligro.  Ese mecanismo es saludable.  Otra es la situación del comportamiento, si este miedo pasa a formar parte de nuestras emociones y sentimientos patológicos. EL sentimiento de culpa, mal sano, en situaciones de alto riesgo para la persona, lejos de buscar un lugar para ponerse a salvo, se queda paralizada esperando el momento final de su existencia.  Además, el miedo tiende a confundir totalmente a la persona que lo padece.  Al caer en unas contradicciones psicológicas, que es oportuno traerlo a la conciencia, para que sea psicológicamente saludable.  ¿Cuáles son esas expresiones psicológicas de la confusión del texto?

Hablar de dignidad, sin especificar de lo que está hablando.  Dignidad es dar valor a alguien.  Hay tres dimensiones para enfocar la dignidad.  Cada una de ellas tiene efectos psicológicos diferentes.  Una de ellas es la dignidad ontológica.  Se le denomina así, porque es parte del desarrollo de cada ser humano.  Viene impreso en la constitución biológica evolutiva de cada uno.  El efecto es que así se forman todos los seres humanos: fusión de espermatozoides con ovulo, proceso de implante en la pared uterina hasta el nacimiento. Es el comienzo del ser humano.

La otra dimensión es la dignidad ética.  Recordemos que la ética se mueve en el mundo de las relaciones interpersonales.  No existe una ética, para pensarla, y ejercerla, individualmente.  Siempre se hace en función de las relaciones entre los seres humanos.  La dignidad ética es que la que tiene el ser humano en función de lo que hace, respecto a los demás.  Por ejemplo, un profesor que sacrifica sus horas personales, por enseñar a un alumno, o preparar bien su clase, decimos que este profesor es digno: “mis respetos”.  Lleva a la excelencia su profesión, o cualquier quehacer, a la excelencia del servicio a los demás. 

Finalmente, la dignidad teológica.  Es decir, el valor del ser humano, en cuanto ha sido creado a Imagen y semejanza de Dios, según los creyentes.  Los grupos religiosos suelen hablar frecuentemente de este tipo de dignidad.  Darle valor al ser humano, en cuanto a su relación con la divinidad.  Normalmente, la teología, hablar sobre Dios, se encarga de este tema, como en el documento.  Llegados aquí irrumpe la pregunta ¿Cuál es la confusión del documento Respecto a la dignidad del ser humano, relacionado a la afectividad y sexualidad?

Confunde la dignidad ontológica con la dignidad teológica.  Nos habla de la antropología.  Luego nos habla de la biología e introduce en la tradición de la enseñanza católica, respecto al tema de afectividad y sexualidad.  Al mezclar ambas dimensiones, comete el grave error intelectual de convertir la religión católica, en una dimensión psicológica de la religiosidad funcional.  ¿Cómo así?  Es decir, coloca a la religión para tratar de manipular todo el fundamento que intenta proponer.  Nos habla de la ideología del “gender”, una sola vez.  Luego termina hablando de la ideología del relativismo, donde inserta al “gender”, cuando se da cuenta que no es ninguna ideología.  Esta confusión, trae consigo consecuencias en el comportamiento nefasto.  Infunde el miedo y el terror.  No encontrarán más, después del punto 6, la palabra “ideología de género”.  Esto se denomina deshonestidad intelectual.  Psicología de la religiosidad funcional.  Hace un análisis histórico, desde esta perspectiva, para terminar diciendo que la sociología se ha centrado en el relativismo, donde todo es “equivalente e indiferenciado, sin orden y sin finalidad.” La psicología del miedo en su máxima expresión.  Así terminarán, quienes se ciñan a ese patrón, da a entender.  Por eso mismo, afecta al lado jurídico.  Cuando cada quien decida su “gender”, según el documento.  ¿Qué propone ante este terror del afecto y sexualidad?

Ante la evidencia de la biología que existen un XY (varones) y un XX (mujeres) y en el caso de la “indeterminación sexual” deja a la medicina, que según sus criterios científicos determine lo mejor para el ser humano, con esas características, según el documento. Ya no es la familia, ni la escuela, como insistirá el documento de comienzo a fin.  Sino que en este caso será la medicina.  La intersexualidad, es la denominación que ha dado la medicina a los seres humanos con XXY o Xo, el documento la coloca en el mismo lugar que los “transgender”.  Están hechos, por su naturaleza biológica, para disfrutar de su vida sexual sin necesidad de procrear.  En el documento hay una confusión de grandes dimensiones, por tratar de ajustar el texto a la tradición.  Si deja en manos de la medicina todo, cometerá los mismos errores de su pasado. ¿Cómo así?, cuando la medicina decía que la masturbación era dañina para el ser humano, porque los volvía locos, débiles de carácter, estériles, tontos y ocasionaba enfermedades mentales.  Por eso, se inventó una pócima  para evitar que los varones se masturbaran.  La iglesia, en su magisterio, apoyaba estas conclusiones, basados en una metafísica que partía de la dicotomía: Dios-Diablo / Bueno-Malo.  Todo este razonamiento termina en la propuesta: “también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo”.  Entonces, la afirmación que surge es que debe respetar su intersexualidad, XXY o Xo, sin manipular a su antojo.  Es decir, como no pueden tener hijos, no deben adoptar, ni usar otros medios, para tenerlos.  ¿Es así?  ¿O está confuso? Antes nos proponía la manipulación de la medicina para que decida, en este punto propone exactamente lo contrario.  Entonces, ¿Por qué forzar el razonamiento hasta hacerlo tan descaradamente contradictorio? Evidentemente es una violencia lo que allí se expresa, con el miedo al “gender”.  ¿Cómo se expresa esa violencia, basada en la psicología del miedo?

Cuando, intenta otra vez hablar de dignidad “…De esta manera, se promueve ‘una dignidad originaria de todo hombre y mujer irreprimible, indisponible a cualquier poder o ideología”.  ¿Dignidad ontológica? ¿Dignidad ética?  ¿Dignidad teológica? No sabremos, desde hace un año, si con este documento se felicita a la Vida Consagrada, o se le insulta en su intelecto. 

Por salud psicológica, desde mi situación tradicional de pertenecer a la Iglesia Católica, hago un llamado a la desobediencia de este instrumento como instructivo para la educación en los diferentes institutos educativos que pertenezcan a la Iglesia Católica.  Por una cuestión de salud psicológica, que tendría que partir del sentimiento de paz y equilibrio emocional-afectivo.  No partir de la premisa de la psicología del miedo y del prejuicio.  Feliz día a tantas amigas y amigos míos de la Vida Consagrada, con quienes he vivido muchos años y que están luchando para que la psicología de la religiosidad de encuentro, de sentido a la vida de muchos seres humanos, camino a la adultez de su vida: la espiritualidad, de la cual el documento no expresa en ninguna parte.
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Congregación Para la Educación Católica (de los Institutos de Estudios), (2019), "Varón y Mujer los creó"  Para una vía de diálogo sobre la cuestión de Gender (Género) en la educación.  Ciudad del Vaticano.
GAFO, J. (2004). La homosexualidad un debate abierto. Bilbao: Desclée de Brower.
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