Disonancia cognitiva en Verónica Mendoza y Marco Arana.

Estamos viviendo un acontecimiento psicológico importante en la realidad peruana: La decisión del Parlamento de no vacar al Presidente de la República.  Situación que fue promovida por uno de los grupos ultraconservadores de la derecha: Fuerza Popular, liderada por Keiko Fujimori. En este contexto, llama poderosamente la atención el modo de responder de los grupos políticos de izquierda: Nuevo Perú y el Frente Amplio.  Estos grupos son expresión del pensamiento de los líderes, Verónica Mendoza y Marco Arana, respectivamente.  ¿En qué estaban pensando cuando tomaron decisiones tan dispares en el Parlamento?  ¿Tiene relación su comportamiento con la salud psicológica de los peruanos y peruanas? ¿Puede ser una tierra de cultivo psicológica, para la continuidad de la corrupción en la política nacional?

Lo que estamos observando de ambos líderes de izquierda, a través del comportamiento de sus agrupaciones, es un síntoma psicológico denominado disonancia cognitiva.  Es decir, pensar algo pero actuar de manera contraria a ese razonamiento.  Lo que se piensa no va de acuerdo a la realidad de sus vivencias expresadas. 

En el caso de Verónica Mendoza, fue promotora de una aguerrida lucha frontal contra la dictadura fujimorista, en las elecciones presidenciales del 2016.  Tanto es así, que hizo un llamado a sus seguidores para que votaran por el líder de pensamiento neoliberal, PPK, para que no gane la ultraderecha, con rasgos de pensamiento autoritario, Keiko Fujimori.  En palabras de Mendoza, la conducta correcta es: “Para cerrarle el paso al fujimorismo solo queda marcar PPK” (MENDOZA, 2016).  Este pensamiento trasmitido a sus seguidores, fue el reforzador eficaz y clave, para desencadenar una respuesta inmediata de no votar por la mafia “fujimontesinista”.  Bajo este paradigma mental, el colectivo ciudadano se mantiene a la expectativa de su actuación política, a través de los que ganaron un puesto importante en el Parlamento.  Hoy, ese paradigma mental está lejos de la conducta demostrada por su bancada.  Por las mismas circunstancias, la respuesta no se ha visto reforzada para votar en contra de la mafia, sino de evitar dar una respuesta.  He ahí la disonancia.  Su pensamiento, no corresponde a la conducta demostrada hoy en el Parlamento.  Así las cosas, la salud psicológica de los peruanos se ve afectada, porque está introduciendo en la mente de los peruanos que el éxito y el fracaso, votar en contra o en pro, es independiente de las acciones, por eso se abstienen de votar, porque no han aprendido que sus respuestas son eficaces.  Es lo que se denomina: indefensión aprendida (SELIGMAN, 2000, pág. 64).  De ahí que, su actuación política hoy, a través de su bancada, es un peligro a la salud psicológica de los peruanos y peruanas.  La disonancia se da, precisamente, en que si está en la vida política activa es por ser una luchadora frontal contra el regreso de la dictadura, que hoy su conducta no ha demostrado, porque se ha inhibido de manifestarse en contra, a través del voto que exigían los peruanos.  Al dejar a la población con el paradigma mental de abstenerse a dar respuesta, ha iniciado un proceso de aprendizaje del desamparo, que es mortal para que la ciudadanía comience a dar respuestas concretas contra la corrupción y el autoritarismo tirano.  No ha ejercido su libertad, sino que ha caído en la trampa psicológica del capitalismo; convertir la lucha de clases en una lucha consigo mismo (HAN, 2014, pág. 17), por ello la conducta de mostrar carteles con el título de un programa político, propio de la bancada: “Nueva Constitución”, como un reforzador punitivo para la población, que se quedó sin aprender una respuesta ante el paradigma autoritario contra el cual se debió votar.  Sin embargo, esto se puede corregir con actuaciones psicológicas, que me atrevo a proponer.

(foto del Diario del Cusco)
El tiempo restante que queda, en el Parlamento del actual Gobierno, la izquierda de Verónica Mendoza necesita de una práctica psicoterapéutica que ayude a salir de adelante.  Tendría que emplear cinco elementos: emociones positivas.  Es decir, evitar aquellas maneras de expresar la culpa en algo externo, como lo han hecho: “por no renovar la Constitución entonces estamos como estamos”.  Sino, en expresar concretamente en contra de quién estamos.  En este caso, en contra de la dictadura.  También en contra del lobbismo de PPK, pero en el Parlamento no se trataba de eso.  La emoción positiva hubiera tenido que ser la misma que expresó Verónica Mendoza en las elecciones presidenciales del 2016.  Trasmitir esa emoción hasta el final de este mandato presidencial, es una manera psicoterapéutica de ayudar a nuestra salud psicológica.  Mantener una conducta de Entrega, como un mecanismo apasionante por lo que se piensa y se hace.  Lo que estamos viendo es una conducta de abstención de respuesta.  No es la Verónica Mendoza que iluminó pasiones.  Dar Sentido a la conducta ejercida.  Si el voto era contra el regreso a la dictadura el sentido es votar en contra, no abstenerse.  Porque no tiene ningún sentido.  Todo lo que de hoy, en adelante, se proponga hacer la bancada del Nuevo Perú, tendrá que estar copada de sentido, que no se ha expresado en este momento histórico.  Relaciones Positivas, a través de un mecanismo de no juzgar, buscando culpables externos, sino de ser amables, por decirlo de alguna manera, con quienes están de acuerdo en ciertos programas políticos similares o no.  Finalmente celebrar los logros; que hoy no se ha visto por ningún lado, porque no existe para ellos.   Es una propuesta terapéutica, que los psicólogos denominamos la teoría del bienestar (SELIGMAN M. E., 2011, pág. 31), para combatir la desesperanza aprendida, de la que hoy hemos sido testigos.
(Foto de la Exitosa)
La disonancia cognitiva de Marco Arana, a través de su bancada, es más que evidente.  Aquí no hay ninguna propuesta terapéutica, desde la salud psicológica.  Estamos hablando de una psicopatología que raya en lo psiquiátrico y que necesita, consecuentemente, de un programa de “salud mental”, para utilizar el término mercantilista de la medicina en boga, para el uso indiscriminado de medicación.  Propio de la mentalidad capitalista, a la cual se ha unido descaradamente Marco Arana.  Se quedó con el paradigma del plan educativo de Cajamarca, que fue hecho con un enfoque psicopedagógico por encima de un enfoque socioeducativo (BARRANTES, 2012, pág. 63).  De ahí que, el pueblo donde nació su pensamiento y propuesta política, no sabe de un desarrollo inclusivo.  No solo ha enterrado una posibilidad de esperanza para el pueblo que lo vio nacer, sino ha declarado la muerte subjetiva de toda su bancada y ha obstaculizado, una vez más, el pensamiento de la izquierda peruana.  Se alineó a la mentalidad neoliberal de la autoexplotación, bajando la cabeza al autoritarismo.  Es decir, la autoexplotación sin clases, que es extraña al pensamiento de Marx (HAN, 2014, pág. 18), por lo tanto, la más peligrosa para la salud psicológica de todos los peruanos y peruanas, desde la perspectiva del pensamiento de izquierda, tan necesaria hoy.
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BARRANTES, R. C. (2012). Las posibilidades del desarrollo inclusivo: Dos historias regionales. Lima: IEP.

HAN, B.-C. (2014). Psicopolítica. Barcelona: Herder.

MENDOZA, V. (30 de Mayo de 2016). facebook.com. Obtenido de veronicamendozaf: https://www.facebook.com/veromendozaf/videos/1234214199930934

SELIGMAN, M. E. (2000). Indefensión. Barcelona: DEBATE.

SELIGMAN, M. E. (2011). La vida que florece. Barcelona: Ediciones B.

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