¿Se acuerda señor Presidente?

Evaristo Porras Ardila es un nombre que no debemos olvidar.  Una historia amarga y apasionante. Uno de los grandes personajes del narcotráfico (eltiempo.com, 1995).  Fue detenido en Perú, el año 1978.  Justo cuando en Colombia ya se le buscaba.  Gobernaba en toda la Amazonía, en los límites entre Brasil y Perú.  Su nombre está asociado a Pablo Escobar y otros mafiosos de los carteles colombianos.


¿Por qué no olvidar esta historia?  Porque fue ardientemente defendido por un abogado peruano, recién graduado en derecho.  Este experto en leyes peruanas, se había graduado gracias al record de dos años dedicados a estudiar dicha profesión.  Dos años de estudios muy intensos para este compatriota.  Se dedicaba, casi las 24 horas del día a estudiar derecho.  No tenía otra cosa qué hacer.  Fue una necesidad personal.  ¿Cómo así? 

El narcotráfico busca redes de apoyo que se abriguen en las conexiones corruptas de cualquier sistema social.  Por ello, buscan como tesoro, grupos terroristas como sus aliados.  Así ha funcionado en el caso peruano, respecto a Sendero Luminoso.  Asimismo, buscan aliados en el sistema judicial, para poder librarse de cualquier delito que conlleva su negocio ilícito.  Aliados en la religión, para camuflarse en obras de bien social.  El poder político es un punto clave para la comercialización de su producto.  No deja de ser importante, para los Carteles, camuflarse entre el sistema militar, para facilitar el enriquecimiento ilícito y la comercialización de la droga.  Esta fue una de las instituciones claves en el Perú. 

¿Así? En 1976 nuestro país, pasaba por la segunda fase del Gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas, bajo la presidencia del general Morales Bermúdez (wikipedia, 2012).  Por las características, que definían estos gobiernos militares, fue arrestado un militar por las siguientes causales: viajar sin permiso oficial, espionaje e insubordinación.  Este militar fue expulsado de la Institución y recluido en un penal militar entre los años 1976-1978 (QUIROZ, 2016, pág. 323).  En esos escasos dos años estudió Derecho.

No solo se necesitaba astucia, en el abogado defensor, sino también que sepa todos los movimientos corruptos posibles, para poder liberar a tamaño personaje del narcotráfico latinoamericano.  Este ex-militar, no encontró mejor oficio para seguir viviendo que el de abogado, puesto que dados sus antecedentes tenía toda la capacidad para seguir corrompiendo al ya debilitado sistema judicial del Perú.  Posteriormente, defendió a narcotraficantes peruanos y a todos los generales vinculados al caso de Reynaldo Rodríguez, conocido como: el padrino (wikipedia.com, 2014).

Nadie imaginó, al menos en el Perú, que este ex – militar, llegaría a ocupar grandes puestos dentro de la política nacional.  Su punto álgido lo ubicamos en su elección nada menos como jefe del servicio de inteligencia del Perú (SIN), entre 1990-2000.  El Presidente de la República del Perú, en aquel tiempo, fue Alberto Fujimori Fujimori.  Además, fue su principal asesor presidencial.  Como podremos darnos cuenta, ningún Presidente elige a cargos tan importantes, y mucho menos como asesor principal, sin antes no enterarse los antecedentes de dicho personaje.  ¿Quizá por estos antecedentes fuera elegido como asesor principal?, creo que no debemos ser mal pensados.

En otras palabras, las evidencias hablan por sí mismas.  El ex – presidente Alberto Fujimori, se supone que sabía de los antecedentes del asesor presidencial que estaba eligiendo.  Todos los militares del entorno conocían a este personaje, cuya identidad es Vladimiro Montesinos.  Si el Presidente Fujimori no sabía de esos antecedentes, entonces nos encontramos, con el primer Presidente de la historia del mundo, más iluso que pudo haber existido en la tierra, por decir lo menos, y que haya gobernado un país.  Al parecer, eso no opina sus seguidores, quienes lo alaban como su dios en inteligencia y como estratega.

Desde los inicios del Fujimorismo no se ha podido desprender de las redes del narcotráfico.  No es que los fujimoristas sean delincuentes o narcotraficantes.  De ninguna manera.  Sin embargo, es muy evidente que los líderes de dicho partido político,  se involucran en sospechas de apañar a seguidores de su entorno, vinculados al narcotráfico o a procesos de corrupción.  Por eso, no es de extrañar que constantemente el Partido político fujimorista cambie de nombre en cada elección.  Aparentemente, saben cómo camuflarse. 

Si todos conocemos esta historia, entonces podremos decir a ciencia cierta que el posible indulto, que quiere conceder el actual presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, es un perdón misericordioso, que refuerza la historia de corrupción en los máximos poderes del Estado.  Lamento decir, que nuestro actual Presidente de la República, pasará a la historia, de conceder este indulto, como otro más de la lista que apaña la corrupción en el Perú, por lo que significa el ex – presidente Fujimori, el “alma de Fuerza Popular”.  Así las cosas, nos tendremos que ver en las calles, para seguir buscando nuevos caminos para el Perú, fuera del Poder legislativo, hasta por demás mediocre, y un Poder Ejecutivo, que no muestra interés por nuestro país.  Esta historia es la menos negra del Perú.  La peor de todas, tiene que ver con los asesinatos y torturas, por los que están presos los personajes mencionados. ¿Esto es lo que quiere indultar Señor Presidente del Perú?
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http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-494021

QUIROZ, A. W. (2016). Historia de la Corrupción en el Perú. Lima: IEP-Idl.

https://es.wikipedia.org/wiki/Gobierno_de_Francisco_Morales_Berm%C3%BAdez


https://es.wikipedia.org/wiki/Vladimiro_Montesinos

imagen de: http://cromos.elespectador.com/personajes/reportaje/articulo-evaristo-porras-el-triste-final-de-un-capo

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