La indignación que inspira: psicología del hartazgo en tiempos líquidos (Generación Z)

 La simplicidad de un mártir consiste en entregar la vida —aunque se sepa que se la están arrancando— por alguien considerado superior (Bauman, 2021). El cuerpo puede ser lapidado, quemado, desdentado pieza por pieza, torturado hasta el descuartizamiento. Y, sin embargo, lo que late en el fondo de esa entrega es la convicción de que vale la pena inmolarse por una causa encarnada en un líder o lideresa. La literatura antigua está plagada de estos relatos; las religiones, por su origen remoto, se fundaron sobre ellos (Castillo, 2002). Lo que antaño fue celebrado como sublime, leído hoy resulta grotesco: manipulación disfrazada de virtud, útil para personalidades narcisistas y regímenes autoritarios. América Latina lo sabe bien: aún cargamos la memoria fresca de dictaduras que exigieron mártires para fines egocéntricos.

El martirio, digámoslo sin rodeos, está fuera de época. Lamento decepcionar a Charlie Kirk (Zurcher, 2025) y a quienes intentan reciclarlo, como Rafael López Aliaga, que soñó con impunidad bajo la máscara del poder político. Nadie desea ser mártir en un tiempo donde los contextos sociohistóricos que lo inspiraban se sienten tan lejanos como irrelevantes. Aquellos hombres y mujeres entregaban la vida sin esperar resultados inmediatos; hoy, esa lógica suena a farsa cruel.

La inspiración se trasladó entonces al héroe o la heroína: figuras más pragmáticas, programables, capaces de calcular objetivos y dejar huella en la historia. Religiones e instituciones adaptaron sus relatos para fabricar héroes que reforzaran creencias y consolidaran poder (Castillo, 2002). Pero, en América Latina, el “antes y después” prometido por los héroes nunca llegó. Seguimos en el “antes”, aunque se nos haya vendido la ilusión del “después”. El pensamiento moral quedó estancado en lo convencional, atrapado en la instrumentalización perversa (Gilligan, 2025).

Hoy, tampoco el héroe inspira. Nadie se arroja de un caballo al abismo para salvar la patria, ni se hunde con un barco para ganar guerras. Los gestos de autoaniquilación se leen más como síntomas de alteración mental que como virtudes. Y, por supuesto, tampoco inspira la vida de personajes que, entre trenes oxidados y discursos mesiánicos, intentan posar de salvadores (Domínguez, 2024).

Entonces, ¿qué inspira? Aquí viene la ironía: nada de lo que esperaban. Lo que inspira es el hartazgo. Jóvenes exitosos en lo virtual, adultos con carreras admirables, todos agotados, solos, explotados por un sistema que no necesitó cadenas para esclavizarlos. Ellos son mi inspiración: no buscan ser celebridades ni mártires de ocasión. Les mueve algo más profundo, casi trágico: la indignación contra la corrupción, el consumo desmedido y la manipulación narcisista de quienes gobiernan con barniz religioso y avaricia política (Hickel, 2023; Sibilia, 2024; Zizek, 2025).

Esta generación no levanta banderas patrias, sino la calavera sonriente de One Piece (Welle, 2025). Lo virtual se volvió carne. No son la generación pop que gritaba consignas; son otra cosa, inédita, que contagia repudio e indignación. En Indonesia, 72 muertos y más de 2100 heridos lo confirman (Welle, 2025). Y no, no les importa ser mártires ni héroes. Les importa expresar su rabia contra un sistema que los autoexplota hasta la sensación de muerte. 

¿Qué proponen? Nada menos que cultivar carácter a través de la indignación. Convertir la rabia en motor ético contra un sistema corrupto, explotador y devorador de humanidad (Saito, 2022; Harari, 2024; Suleyman & Bhaskar, 2023). Repudian los shows autoritarios, las poses mediáticas sobre cadáveres, las fotografías obscenas de poder. Y lo hacen sin pedir canonización ni épica. Solo exigen dignidad.

Algunos dirán que esto es comunismo, izquierdismo o “caviarismo”. También eso repudia esta generación. Y yo con ellos. Ni Marx se atrevería hoy a inspirarse en su propio manifiesto (Saito, 2022). Lo que inspira es la comunidad de jóvenes que, desde el hartazgo, buscan un mundo distinto. Ni mártires, ni héroes, ni celebridades: solo seres humanos que se niegan a ser instrumentalizados. Ese mundo que aún no existe, pero que ellos están gestando, me inspira. Aunque no sea de su generación.

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Bauman, Z. (2021). Vida líquida. Barcelona: Paidós.

Castillo, J. M. (2002). El Reino de Dios. Por la vida y la dignnidad de los seres humanos. Bilbao: Desclée De Brouwer.

Dominguez, I. (23 de octubre de 2024). Elpaís,. Obtenido de elpais.com: https://elpais.com/sociedad/2024-10-23/el-papa-golpea-en-peru-el-imperio-economico-del-sodalicio-y-expulsa-a-dos-de-sus-maximos-responsables.html

Gilligan, C. (2025). En una voz humana. Madrid: Taurus. doi:9789566275268

Harari, Y. N. (2024). Nexus; Una breve historia de las redes de información, desde la edad de piedra hasta la IA. (J. R. Aragonès, Trad.) Debate. doi:9788419951021

Hickel, J. (2023). Menos es más. Cómo el decrecimiento salvará al mundo. (C. Ministral, Trad.) Madrid: Capitan Swing S.L.C. doi:978-84-126878-0-4

Saito, K. (2022). El capital en la era del antropoceno. Barcelona: Ediciones B.

Sibilia, P. (2024). Yo me lo merezco. De la vieja hipocrecía a los nuevos cinismos (Primera edición. ed.). Buenos Aires: Penguin Random House.

Suleyman, Mustafa y Bhaskar, Michael. (2023). The Coming Wave. Barcelona: Penguin Random House.

Welle, D. (07 de octubre de 2025). DW. Obtenido de t13.cl: https://www.t13.cl/noticia/mundo/que-significa-bandera-pirata-one-piece-las-protestas-generacion-z-7-10-2025

Zizek, S. (2025). Against progress. New York: Bloombury Publishing Plc.

Zurcher, A. (11 de septiembre de 2025). BBC News mundo,. Obtenido de bbc.com: https://www.bbc.com/mundo/articles/cly1egn074ro

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