Adrián: Psicopolítica en tiempos inciertos.

 

Le esperé en el “Café Zelada”.  Llegó en el tiempo pactado.  La última vez que lo vi era un niño. Nos abrazamos. Mis recuerdos de la sierra del sur del Perú vinieron a mi mente de manera rápida, por tantos momentos vividos. Él pidió un sanguche de jamón serrano de Huancabamba y yo uno de pavo.  Los psicólogos llamamos a ese instante: mentalización (DUNBAR, 2023).  Aquel momento en que podemos adivinar lo que el otro está pensando o desea.  ¿Qué fue lo que quería escuchar de él?

Tengo tanto que contarte -dijo y no paró hasta narrar todo lo que yo quería escuchar- La gente había salido a las calles a protestar y no me podía quedar parado.  Habían asesinado a jóvenes en Huancavelica y Ayacucho.  Era muy posible que aquí suceda lo mismo.  Todos se sentían afectados por esos sucesos.  Por primera vez había visto a tantos grupos de aimaras llegar a la ciudad de Puno, es un sentimiento que no puedo describir…

Recordé que su madre es aimara.  Nos conocimos en un proyecto de terapia de escucha para el sur andino.  Su risa y las largas conversaciones en Lima, donde ayudaba a los talleres para muchas personas que llegaban de varios países vecinos para llevar estos cursos.  Luego nuestros largos encuentros en los estudios de Culturas andinas en Puno y Arequipa.  La recuerdo con toda la logística, para enseñarnos algunos rituales de la cultura andina.  Compartimos, en los espacios libres, las historias personales que nos envolvían y motivaban a permanecer con el equipo que conducía los talleres. 

¡Tenía que hacer algo! Entonces convoqué a voluntarios que querían hacer una brigada de apoyo a los manifestantes.  Llegaron solo diez jóvenes a la plaza de armas.  Conversamos y armamos el equipo.  Durante la marcha, estuvimos ayudando a desactivar las bombas lacrimógenas.  Estábamos atentos a quienes no podían respirar por el gas.  Los que nos vieron que estábamos ayudando, se acercaban a dar una mano.  Algunos estudiantes de medicina se acercaron para ser voluntarios.  En ese momento me di cuenta de que éramos muchos.  Terminamos cansados, con una triste noticia: habían asesinado a más de una docena de manifestantes en Juliaca (minds, 2023).  Nos sentimos muy tristes y culpables, por no haber estado allí…

Pensé en su padre, con quien mantengo comunicación profesional fluida.  Lo imaginaba con angustia por la participación de Adrián en las jornadas de protesta.  Lo veía con todo listo para mover cielo y tierra, y defender legalmente a quienes eran apresados.  En algún momento conversamos por teléfono sobre los sucesos de todo el país.  Nunca la libertad se había sentido como una coacción tan cercana (BYUN-CHUL, 2014), como en este tiempo.  Yo mismo salí con mi cartel a marchar por la ciudad con un cartel que decía: paren la masacre.  Me encontré con Carmen y varios vecinos de la UPI Ollanta Humala, que también habían salido a protestar.  En mi ciudad protestar en las calles no es una opción para cambiar el rumbo de las cosas.

Ellos decidieron viajar a Lima, porque sentían que, si seguían protestando en Puno, los iban a matar y no les harían caso.  Decidieron en ese momento que viajarían y pusieron la fecha.  Me puse de acuerdo con algunos para ir con ellos.  Son mi gente, mi sangre.  No podía dejar que se vayan y no ir yo.  Mis padres me dieron el permiso.  Cuando llegó el día, vino mucha gente a despedirnos. Cuadras y cuadras que daban bendiciones y saludos. No sé cómo describir el sentimiento de felicidad y angustia, por estar conectados. Solo llegó uno de los que habíamos quedado, al resto del bus no conocía absolutamente a nadie.  En lima nos hospedaron en la UNI (INFOBAE, 2023).  Pensé encontrar a todos los de Puno en un solo lado, ¡pero no!  Estaban dispersos en muchos lugares de la capital.  No había un líder que nos guiara para el día siguiente.  Contactamos a mis amigos de las otras universidades de Lima.  Nos juntamos y decidimos las brigadas de apoyo para la marcha del día siguiente.  Allí vino lo peor…

Desde hace mucho tiempo tenía la sospecha que la lucha de clases que estudié, para entender los problemas del Perú, ya no tenía sentido en la realidad peruana, donde todos la habíamos introyectado como una guerra en cada uno de nosotros, por salir adelante en medio de tanta adversidad.  Nos hemos convertido en una sociedad del burnout (BYUNG-CHUL, 2021), quemada de tanto trabajar y estudiar para tener un puesto digno, que jamás llega por meritocracia sino por recomendaciones elitistas (SANDEL, 2021).   Así también me describió Adrián su viaje a los Estados Unidos, cuando se encontró con varios latinos, al final de la conversación en el café. Ahora leía con otros ojos sus experiencias en Norteamérica.

Ese día nos dividimos en dos bandos en la marcha.  Cuando llegamos a la avenida Abancay se nos acercaron otros grupos de manifestantes, de las otras universidades.  Habían visto cómo actuábamos en bloques, para desactivar los gases lacrimógenos, rescatar personas y para seguir avanzando con los manifestantes ante la represión.  No nos dimos cuenta de que otro grupo de militares llegaba por la parte de atrás y que estábamos cayendo en una emboscada.  Sin salida.  A pocos metros, en ese momento mataron a Víctor (GOMEZ VEGA, 2023).  Tuvimos que dispersarnos por todos lados para escapar.  Estaban disparando y tirando lacrimógenas.  Fue muy triste sentirnos todos dispersos.  Había muchos que dirigían la marcha.  No había una sola cabeza…

Lloro por dentro, cuando tengo que tomar el jugo que me han servido, a sorbos rápidos, para tragarme mis propias lágrimas.  Impotencia.  Rabia. Intento decir una palabra de esperanza, pero nada sale de mi garganta.  Me siento como un adolescente sin terminar de entender todo lo que pasa.  Cuando por fin, viene a mi mente los amigos que quieren hacer algo más participativo para reivindicar a la ciudadanía que seguirá luchando por ser tomados en cuenta en sus decisiones.  Me mira.  Nos miramos con una decisión cómplice en proyectos a corto y mediano plazo, antes de llevarlo a mi casa y despedirnos de su viaje de retorno con los saludos a toda mi gente del sur:

Quiero participar en política.  Por eso estoy aquí, conociendo tu ciudad.

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BYUN-CHUL, H. (2014). PSICOPOLÍTICA. Barcelona: Herder.

BYUNG-CHUL, H. (2021). La sociedad paliativa. Barcelona: Herder.

DUNBAR, R. (2023). Amigos. El poder de nuestras relaciones más importantes (Primera ed.). Barcelona: Paidós Ibérica.

FUENTES DÍAZ, A. (2012). Necropolítica, violencia y excepción en América Latina (primera ed.). (A. F. Díaz, Ed.) Puebla: Insituto de Ciencias y Humanidades "Alfonso Vélez Pliego".

GOMEZ VEGA, R. (28 de enero de 2023). EL PAIS. Obtenido de elpais.com: https://elpais.com/internacional/2023-01-29/la-represion-policial-cobra-su-primer-muerto-en-lima.html

INFOBAE. (18 de enero de 2023). infobae. Obtenido de infobae.com: https://www.infobae.com/peru/2023/01/18/uni-alberga-a-manifestantes-que-llegaron-a-lima-de-regiones-y-rector-les-da-bienvenida-esta-su-casa-cuidenla/

minds, D. M. (10 de enero de 2023). dw.com. Obtenido de dw.com: https://www.dw.com/es/per%C3%BA-reporta-al-menos-17-muertes-tras-protestas-en-juliaca/a-64333436

SANDEL, M. J. (2021). La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común? Bogotá: Penguin Random House.

 

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