Día de la psicología en el Perú y la cultura de paz.

 El 13 de enero el Poder Ejecutivo aprobó, mediante Decreto Supremo 004-2023-PCM, declarar el nombre oficial del año 2023: “Año de la unidad, la paz y el desarrollo” (redaccióngestión, 2023).  ¿Qué motivación psicológica hay detrás de la elección de este nombre para el presente año?

La psicología suele contextualizar todo lo que analiza.  En este caso nos concentramos lo que pasa en la mente cuando se dice o pone nombre a algo.  Por ello, antes de dar respuesta a la interrogante analizamos de dónde surge este nombre.

Data del Siglo I de nuestra era.  En el contexto del Imperio Romano, el más poderoso de la historia, en aquel entonces.  Este imperio alzaba la bandera de la Pax en cada pueblo que invadía y se apropiaba.  De ahí viene la idea occidental de paz que se conoce y experimenta.  Era una estrategia para invadir una población entera, era la psicología de la motivación que los llevaba a ese tipo de comportamiento.

Octavio y Tiberio gobernaban sin mayor problema lo que se conocía del mundo en aquella época (PAGOLA, 2014).  Su estilo era el terror: la práctica de la crucifixión, los degüellos masivos, la captura de esclavos, los incendios de las aldeas y las masacres de las ciudades, según el mismo autor.  Por ello, los pueblos ya no manifestaban resistencia alguna a la llegada del imperio Romano.  Obedecían sus normas, pagan los tributos que les imponían.  Existía tranquilidad en los pueblos dominados por el Imperio.  Las estatuas del Emperador estaban en todo lugar, les recordaba a quién debían inclinar la cabeza.  La psicología del miedo y el silencio era la característica principal.  Cuenta la historia, que en a la entrada del templo judío había un escudo con el águila imperial.  Los judíos se sentían humillados al pasar por esa puerta, porque para ellos no existe otro Dios que el de Abraham, que los reciba en el templo.  Así que 40 jóvenes decidieron derribar ese escudo humillante, inspirados por dos prestigiosos maestros de la ley: Judas y Matías.  El emperador Herodes los mandó a quemar vivos tanto a los jóvenes como a sus maestros.  Incluso en el año 4, A.C., el general Varo crucificó a dos mil judíos alrededor de Jerusalén.  Era una práctica común que los condenados estaban obligados a llevar el madero horizontal a sus espaldas, después de haber sido azotados y estar sangrando, al lugar de su calvario (PAGOLA, 2014), como espectáculo para que todos sean obligados a aceptar la Paz que imponía el imperio Romano.  Inculcar el miedo a través de la violencia, tan estudiada en los últimos años en la psicología (PINKER, 2015).

Dos semanas después de haberse decretado el nombre para el Perú, en el 2023, ya había más de medio centenar de asesinados, según los medios internacionales (GOMEZ VEGA, 2023), porque en los medios de comunicación local se ocultaba la información.  La psicología motivadora del nombre “año de la unidad, la paz y el desarrollo”, es la misma del paradigma violento donde se piensa que la paz debe imponerse a la fuerza, con el espectáculo más cruento posible.  En el Imperio romano eran los azotes, crucifixiones y quemar vivos a los oponentes de ese tipo de pax romana.  Hoy es la bala, las bombas, tanquetas militares y el “terruqueo”.  Esa paz es la expresión de la psicología del miedo paralizador y del silencio.  Esta manera de entender la paz, también se refleja en la psicología de las relaciones interpersonales de tipo paternalista. 

Así como el Imperio Romano es el que educa a un pueblo a la paz, los castiga cuando no obedecen y los premia cuando cumplen sus “obligaciones”, con dádivas, así también en el núcleo familiar el padre ocupa el lugar del Emperador con su familia; para evitar todo tipo de conflicto y llevar la relación en paz.  Esto es uno de los aspectos que el código de ética del psicólogo peruano combate desde el comienzo hasta el final, porque la bioética aplicada a la psicología lo recuerda hasta el cansancio, pues se inspiran en el código de Núremberg y tratado de Helsinki (CAMPS, 2011). La psicología propone la relación dialogal, contraria a las relaciones verticales paternalistas que generan el miedo paralizador, como las del Imperio Romano. Algo de lo que hablamos en el Colegio de Psicólogos en Piura, recientemente.

Los psicólogos sabemos que la paz es la sensación de tranquilidad mientras se lucha por lograr la autonomía, que es donde se dirige todo el trabajo psicoterapéutico. La paz psicológica, jamás es paralizadora, sino movilizadora.  Enfrentar a las trabas del miedo.  Luchar por conseguir la libertad de todo tipo de imposición opresor interno o externo (SELIGMAN, 2018).  Se contagia, entre unos y otros, el diálogo liberador porque inspira a la unidad, como mecanismo de empatía en nuestra estructura cerebral adulta (SAPOLSKY, 2019).  Los psicólogos están llamados a fomentar esta cultura de paz que moviliza y transforma el interior personal y colectivo. 

Los psicólogos saben que la cultura de paz no es aquella donde no existen conflictos, como se pretendió en la historia de occidente o como se pretende con la denominación de este año en Perú.  La psicología nos propone, desde hace mucho tiempo, que la cultura de la paz es aquella donde manejamos constructivamente los inevitables conflictos (LACA AROCENA, 2006).  Así también lo entiende nuestro código de ética en el Perú.

Si conocemos la motivación psicológica y perversa que está detrás del nombre del presente año en Perú, es imposible que la profesión de la psicología se alinee a esta denominación del presente año, porque generan patologías para la salud mental en la individualidad y colectividad de los peruanos.  Imposible que un psicólogo peruano se ponga de espaldas a nuestro código de ética, si se identifica con lo que hay detrás de este nombre.  Por ello, nuestro trabajo psicológico está en trabajar la esperanza, como eje psicológico motivador, que pueda enfrentar los conflictos, en medio del duelo de más de un centenar de asesinados en los últimos meses por este régimen de gobierno, porque es ponerse del lado más vulnerable a patologías que afectan profundamente la salud mental de nuestro país.

No puedo dejar terminar estas líneas sin decir claramente que Dina Boluarte, su gabinete ministerial y el Congreso, son el iceberg de la patología mental de nuestra sociedad, e ilegítimos, contra la cual los psicólogos tenemos que ser claros en nuestro trabajo profesional. 

¡Viva la Psicología en el Perú!

foto de archivo personal

____________________________________

CAMPS, V. (2011). El gobierno de las emociones. Barcelona: Herder.

GOMEZ VEGA, R. (15 de enero de 2023). elpaís. Obtenido de elpais.com: https://elpais.com/internacional/2023-01-15/las-protestas-en-peru-se-agudizan-despues-de-medio-centenar-de-muertos-ya-no-estamos-en-democracia.html

LACA AROCENA, F. A. (2006). Cultura de paz y psicología del Conflicto. Estudio de las culturas contemporáneas, 55-70.

PAGOLA, J. A. (2014). Jesús, aproximación histórica. Madrid: PPC.

PINKER, S. (2015). Los ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia y sus implicancias. Barcelona: Paidós.

redaccióngestión. (enero de 2023). gestión.pe. Obtenido de gestión.pe: https://gestion.pe/peru/nombre-del-ano-2023-nnda-nnlt-noticia/

SAPOLSKY, R. (2019). Compórtate. La biología que hay detrás de nuestros mejores y peores comportamientos. Editor digital TITIVILLUS.

SELIGMAN, M. E. (2018). El cirucuito de la esperanza. El viaje de un psicólogo de la desesperanza al optimismo. Barcelona: B.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cromosomas sexuales, desde el lenguaje de la psicología

Adrián: Psicopolítica en tiempos inciertos.

Pensamiento adulto de la psicología de la "Resurreción"