Psicología y ética del duelo, en un contexto de pandemia

Siento la urgencia de precisar situaciones respecto a la pandemia, para evitar que mi pensamiento vuele en alucinaciones mentales[1].  Tengo que repetirme mil veces lo que escuché en el 2011 acerca de la influenza.  Por eso, miro a todos los que están conmigo en la sala.  Estudiantes universitarios de los últimos años de sus carreras profesionales en el sur andino.  Me urge decirle que también estamos viviendo una pérdida y duelo a nivel mental respecto a todo lo que se ha tejido entorno a la peste que vivimos.  ¿Qué escuché en el 2011?

El epidemiólogo Dr. Andreu Segura nos daba clases de salud pública.  Los textos que nos proporcionó era una especie de campaña que se había empeñado desde el 2005 llevar a cabo.  Advertía que por las variaciones del virus de influenza se acercaba una primera pandemia gripal del siglo XXI, de grandes dimensiones.  No se trataba solo por las mutaciones del virus, sino por la opción de dedicar el sistema de salud a la atención terciaria.  Es decir, al asistencialismo.  Las pandemias no se combaten con hospitales sino con la promoción y prevención de la salud.  En Perú, ya se había puesto de cabeza el sistema sanitario con la famosa ley de modernización de la salud, en la década del 90, donde el sistema privado copó las famosas Empresas Prestadoras de Salud (EPS), [cuyo nefasto resultado lo hemos visto ayer en la Clínica Javier Prado, mientras escribo estas líneas].  Nos recordó que en la pandemia de 1918 se contagiaron 500 millones de personas, aproximadamente.  Murieron 50 millones.  ¡Cuántas pérdidas y duelos!

Con esta precisión se rompe el mito que el virus fue inventando por las grandes farmacéuticas.  Que China fabricó el virus para derrotar el emporio económico de los Estados Unidos.  Que la economía no da para más y se tuvo que regar esta peste para tapar la torpeza del sistema financiero.  Todos esos mitos contrarrestan el pensamiento crítico y hacen caso omiso a la ciencia de la biología que lleva años trabajando y previniendo al mundo entero.  Y es que lo que se pone en juego, en este tipo de pandemia es el principio de autoridad de los gobiernos locales y mundiales.  La “autoridad” no del mercado que pretende mandar sobre todas las relaciones, sino de aquella que gobierna nuestros pueblos.  El duelo que tenemos que vivir es éste: el mercado no sirve para enfrentar situaciones virales como las que vivimos. Pero ¿qué otras pérdidas y duelos se viven en Perú?

En plena pandemia, con el confinamiento en las casas, aumentaron estrepitosamente las violaciones sexuales y las atenciones de partos de adolescentes, hasta de niñas de 10 años o menores.  No solo es una experiencia de luto esa situación para las afectadas, sino para familias enteras.  En los tres primeros meses del confinamiento asesinaron a 20 mujeres y desparecieron más de mil de ellas. Dos jóvenes fueron asesinados y 107 personas heridas, cuando salieron a manifestarse para no perder la democracia y centrarnos en la pandemia, casi al finalizar el 2020. Eso no es todo.  Cuatrocientos asesinatos con armas de fuego a la mitad del primer año de pandemia… ¡Cuántas pérdidas y duelos!

El calor del encuentro aumentó cuando centramos nuestros duelos, en este contexto de pandemia, por toda la miseria de nuestro país y las pérdidas que no son tomadas en cuenta en momentos de tensión como los que vivimos.  Así lo sentí, mientras conversábamos con los universitarios del sur andino.  Por ello, hay que dominar las fases psicológicas del duelo, para no propiciar más heridas de las que ya tenemos y sanar nuestros dolores, en el proceso de reparación que nos toca vivir desde este momento.  ¿Cuáles son esos elementos psicológicos?

Todos sabemos que el duelo tiene etapas: Negación, rebeldía, negociación, depresión y aceptación.  Estos procesos no están ordenados en cronología de aparición.  Son tantas las pérdidas y duelos que vivimos en nuestro país, que es imposible que comencemos con la negación, como lo vemos en un gran grupo del parlamento que tenemos.  El ciudadano común y corriente, puede comenzar con la rebeldía, depresión o aceptación pesimista de los hechos. Por ello, las características de cada etapa del duelo son importantes para reconocerla y acompañar a otros y nosotros mismos.  Es así, porque la pandemia aumenta las heridas de las profundas desigualdades de las cuales somos víctimas…

¿Víctimas?  Así es.  Del desamparo de las mujeres, nuestras madres, por un sistema machista.  La corrupción política que posterga los derechos de la ciudadanía y nos mira como mercancía. El sistema sanitario que aliena al Perú diciendo que da un mejor servicio en establecimientos privados, cuando somos testigos que nos abandonó en situaciones como las que estamos viviendo.  Un sistema educativo que no pone énfasis en la ciencia sino en un pensamiento manipulado por alucinaciones mentales, como lo está demostrando los movimientos violentistas de ultraderecha que nacen de instituciones educativas básicas y universitarias de grupos conservadores. Por ello, la aceptación, en la etapa del duelo no quiere decir que psicológicamente se agacha la cabeza y se sumerge en el dolor de las ausencias.  Nada de eso.  La aceptación, en el duelo, es la percepción de darnos cuenta de la ausencia que pudo evitarse y que nunca más vuelva a suceder, porque las muertes y pérdidas que estamos viviendo jamás serán en vano.  Esa es la gran diferencia con la depresión patológica.   

Fotografía divulgada los primeros meses de pandemia en Perú.



[1] Diálogo abierto con estudiantes de la Universidad Nacional del Altiplano, organizado por la pastoral universitaria el 1° de diciembre de 2021, dirigido para todo público. 

Comentarios

  1. Al estar en la charla taller "Como enfrentar el duelo" con el Psic. Billy nos hizo ver de manera más amplia el problema coyuntural de la pandemia, muchos a veces nos dejamos llevar por la mentalidad de rebaño que es, que la covid-19 es una enfermedad de laboratorio, ahora sabemos que se ha vaticinado este problema, me recuerda mucho lo que decía Yubal Noa Harari en sus libro "Sapies" de que la revolución agrícola ha hecho que los spiens hayan contraído muchas enfermedades tras la domesticación de algunos animales, si que es verdad, si lo queremos comparar con la actualidad de que China es un Mercado inmenso e insaciable, recuerdo una vez un economista decía, de que nos deberíamos de preocuparnos si es que China empieza a tener a hambre. Lo que también me gusto es que, como se ha ido a aterrizando con el tema de duelo, por ejemplo las etapas del duelo; Negación, rebeldía, negociación, depresión y aceptación y como se presenta en el sujeto, no les ha pasado alguna vez que empatizan con una persona y lo que queremos es que se encuentre bien y hacemos de todo para sacarle de esa situación? hoy me di cuenta que es contraproducente hacerlo, es mucho mejor dar un abrazo y acompañarlo con el silencio. Gracias Billy por tu ponencia.

    Atte: Renatho Renné :)

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    1. Estimado Renné, qué gusto saber de ti. En efecto en la tesis de Harari se trae abajo la gran revolución agrícola como una cuestión de nuestro progreso evolutivo. Incluso Alvin Tofler lo denomina como una de los grandes avances de una las "olas" en la evolución: la revolución agrícola. Mirados en los contextos y los avances científicos el problema de la desnutrición y sumisión comenzó en ese pedazo de la historia, que hasta hoy no corregimos. Es un duelo académico e intelectual que tenemos que asumir para seguir avanzando hacia nuevos paradigmas mentales que nos permitan ser libres y comunitarios, por la vía de la no violencia para disminuirla al grado máximo, en una convivencia mejor que la de ahora. Asumido ese duelo intelectual, tenemos que integrarlo en los duelos y pérdidas a las que nos ha enfrentado esta pandemia: vulnerabilidad total, donde todo el proceso de duelo, puede darse en cualquier momento y estar atentos. Incluso con las recaídas. El silencio y acompañamiento constante no solo nos ayudará a superar las pérdidas, sino afrontar el inmenso dolor que nos embarga. Espero nos podamos ver nuevamente, para seguir conversando. Saludos.

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