Omisión de la psicología del ageism, en las propuestas presidenciales

 Sin la mayor reflexión hemos omitido un salto cuantitativo y cualitativo a una de nuestras etapas de la vida, que nuestra psicología se reprime para hablar de ella.  Nos avergüenza, humilla y nos hace descartables.  Todos esos sentimientos psicológicos afloran a la piel, por eso lo escondemos.  Esta pandemia ha tenido especial preferencia por recluirlos de manera preferencial.  ¡Exacto! Estoy hablando del adulto mayor.  En mi mente pasan todos los rostros y nombres que desde el 2020 hasta la fecha atiendo diariamente en psicoterapia.  Ningún candidatx presidencial habla del tema como propuesta.  ¿Será por el factor psicológico del ageism, como lo menciona Butler (FERICGLA, 2002)? ¿Qué significa eso?

Es un fenómeno psicológico que se manifiesta a través de muchos prejuicios acerca de la vejez (SALVAREZZA,1988).  Por ejemplo, son amargadxs, ya no pueden hacer nada, aburridxs, no son aseadxs, etc.  Esta etapa de la vida está plagada de estereotipos: son personas vulnerables, ahora más que nunca de moda;  han perdido todo deseo de practicar el sexo;  se inclinan mucho por la religión; prefieren estar en silencio todo el tiempo; repiten lo mismo para sentirse bien, etc.  Finalmente, son discriminadxs: No hay suficientes asientos en los parques o calles para ellxs; Los baños públicos no tienen agarradores; los edificios omiten el ascensor; los diseños de viviendas tienden a poner los dormitorios en el segundo piso; no existen suficientes rampas en las calles, avenidas o lugares públicos; son explotadxs por los hijos para la crianza de los nietxs, etc.  ¿Cómo se traduce estos rasgos psicológicos en cifras?

El 2012 la Comisión económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), advertía que dentro de 25 años habría más adultos mayores niños, en nuestra Región (HUENCHUAN, 2012). Faltan pocos años para que está proyección se haga realidad y no hemos avanzado mucho, sobre todo en Perú.  Estamos cuidando a nuestrxs adultxs mayores de la pandemia, donde el 24% de viviendas tiene como jefe o jefa a un adulto mayor (CHÁVEZ YACILA, 2021).  Es decir, administran los hogares del Perú.  Se les ha confinado, con justa razón, porque son el 69.7% de fallecidos por la Covid-19, según la misma fuente.  Algunos pensaríamos que con esa cifra es suficiente para un pensamiento rápido: las proyecciones de la CEPAL no se cumplirán.  En una cifra aproximada, en Perú, están registrados 4'169.310 ¿Quiere decir que esta cifra permanecerá el próximo año?  Por supuesto que no.  El 2035 seremos más adultos mayores que niños, definitivamente.  Antes, de la pensión 65, en mis visitas al sur de Perú, eran humillados, descartados y excluidos.  Tanto en las clases ricas como pobres, por una cuestión de sobrevivencia material y psicológica, causadas por falta de información de esta etapa de la vida.  Luego de ese decreto ley, comenzaron a pelearse para tener los ancianos en los hogares pobres.  Igualmente, sigue existiendo esos rasgos psicológicos del ageism.  Es algo parecido al racismo, sexismo o discriminación religiosa, para tener una idea de lo que estoy hablando.  Nadie quiere ser ancianx, menos parecerlo. ¿Qué significa psicológicamente para los próximos años con la covid-19?

Pienso en don Alberto, que me llamaron urgente para atenderlo, porque se agudizó su depresión en pleno confinamiento obligatorio.  Es ingeniero de minas.  Jubilado hace más de 10 años.  Casi nunca vivió con su familia, porque estaba internado en los campamentos mineros.  Tuvo que lidiar con una esposa “que no me fue fiel, por mi culpa…”.  Se sentía inútil en casa.  Se habían mudado desde hace muchos años a una ciudad grande, cuando nació su primer hijo.  Su casa era grande y preciosa.  Se sentía orgulloso cuando hablaba de la casa que construyó, donde vive ahora él y su mujer.  Sus hijos partieron con sus propias familias.  Siente la inutilidad de la casa, pero también la inutilidad de no saber hacer las cosas del hogar.  Su mujer, adulta mayor también siente lo mismo. No le perdona haber descubierto figuras pornográficas en el celular de él.  Eso le ayuda a “mantenerlo a raya”.  No maneja el auto, porque su esposa se lo impide.  Ella hace las compras, porque él no sabe hacerlas.  Nunca las hizo en su vida.  No conoce mucho a los vecinos, porque quien ha estado todo el tiempo en casa ha sido su esposa.  Es que la vejez no es igual para varones y mujeres después de la jubilación o cuando ya se deja de tener fuerza para trabajar en la chacra.  Veo los ojos llorosos de muchos ancianxs en mi consulta.  Ellas hartas de la inutilidad de ellos, o super explotadas por la familia, y ellos sintiéndose inservibles y desechables.  La muerte no tiene características psicológicas diferentes.  Pero ellas, a pesar de sus propias patologías, que también son diferentes de unos y otras, se sienten explotadas, no solo por el marido que “no hace nada”, sino también por los hijos, cuando crían a sus nietos y los cuidan.  Son las cuidadoras, donde sus trabajos se hacen infinitos y la crudeza de la explotación sin seguros de salud, por haber estado en convivencia, sin ser la “mujer de matrimonio”, en la mayoría de los casos, en el campo o la ciudad. Viven del plato de comida que proporcionan los hijxs, porque no pueden más o porque consideran que es un deber que tengan esa labor.  En psicología afirmamos que sí hay discriminación de género en el atardecer de la vida, que no los estamos tomando en serio.  En confinamiento, no han estado sin hacer nada, quien sabe si más explotadxs y tensxs que antes, porque los adultos de la casa tienen que salir a trabajar, cuando se vive en sectores pobres, o trabajos virtuales en algunos sectores medios o ricos.  En esta segunda ola, la pandemia está afectando a éstos adultos que son la oferta para la poca demanda laboral, así lo exige la productividad del mercado. ¿Cómo serán los adultos mayores dentro de 14 años que nos falta, según la CEPAL, para superar la cantidad de niños?

Serán ancianos desprotegidos de una pensión, al menos los de la ciudad que tuvieron un trabajo formal.  Muchos de nosotros hemos retirado el fondo de pensiones (AFP).  El Sistema Nacional de Pensiones (SNP) no alcanza para los gastos de salud, vivienda y alimentación, en la vejez.  Dependemos de los menos adultos.  Mañana nos juntaremos a nuestros adultos mayores que cuidamos hoy, pero tendremos menos ingresos de lo que esperamos.  Esta pandemia no nos da para invertir en nuevos negocios creativos que se hagan sostenibles en el tiempo y lo que recibimos de las AFP se nos habrá esfumado completamente en un par de años, si es que aún no se ha consumido.  ¿Cuál es la alternativa de los candidatxs a la presidencia del Perú, que nos ayuden a enfrentar esta situación en los próximo cinco años, para vencer el ageism y las condiciones de vida, cuando se esté ocultando el sol y presentarnos con dignidad por el camino recorrido?

Entonces pienso en don Mateo de 84 años; doña Rosa 67 años; doña Lucía 74; don Francisco 66; don Máximo 71; mi madre y yo, mirándonos a los ojos buscando una salida a la angustia, de la ansiedad inevitable habiendo hecho las cosas correctamente en nuestra vida, sin embargo, sintiendo que algo no está bien en este sistema para nosotros en el sunset de la vida.

Ollantaytambo - foto de Pablo Del Valle

-----------------

  Referencias

CHÁVEZ YACILA, R. (14 de Marzo de 2021). OJOPÚBLICO. Obtenido de ojo-publico.com: https://ojo-publico.com/2560/mas-de-625-mil-adultos-mayores-no-asegurados-sin-fecha-de-vacunacion

FERICGLA, J. M. (2002). ENVEJECER; Una antropología de la ancianidad. Barcelona: Herder.

HUENCHUAN, S. (2012). Derechos de las personas mayores en el Siglo XXI; Las mujeres mayores y el envejecimiento con dignidad. En S. MONTAÑO VIRREIRA, Derechos de las personas mayores en el siglo XXI. (pág. 222). México D.F.: Naciones Unidas - CEPAL.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pensamiento adulto de la psicología de la "Resurreción"

Introspección en estas fiestas patrias; desde la psicología de la religión,

Adrián: Psicopolítica en tiempos inciertos.