Psicología del cuerpo muerto; medicina y modelo social.
En nombre de Edisson, por su
muerte injusta, creyendo en una “medicina alternativa” de cuerpos inertes. En nombre de Amanda Orbegozo, que me exigió
caminos alternativos a esta realidad. En
nombre de mi cuerpo y todos los cuerpos de Latinoamérica.
Archivo personal: En el cañón del Colca. |
Piensa en el primer fémur ecnontrado del Homo
Erectus, sabemos que estuvo enfermo. Mostraba tumor óseo. El cuerpo muerto nos hablaba a gritos que
necesitó ayuda médica. Tarea que hemos
intentado responder con la biología, sociología, arqueología, psicología y
todas las ciencias posibles de la humanidad.
Sin embargo, partimos de un prejuicio, distorsión psicológica de la
realidad: el cuerpo muerto no expresa nada.
Puede ser manipulado sin ser molestado por sus opiniones. Lo único válido es la vida, que si merece ser
escuchada, obsesión psicopatológica. Los
psicólogos le denominamos pensamientos automáticos, que nos inducen a
comportamientos erróneos en todas las áreas de nuestra vida. Por ello, cuando se descubrió, en los restos
óseos de niños, las líneas de Harris, no cabe la menor duda que murieron de
desnutrición y no atravesados por lanzas o piedras. Esos cuerpos fueron muertos por el hartazgo
de alimentarse de trigo, arroz y maíz, solamente. Una especialista en nutrición nos daría
detalles de esta afirmación, sin ningún problema. Es decir, cuerpos muertos a causa del éxito
más grande de la historia de la humanidad: la revolución agrícola. Que vive como un engaño, alucinación histórica,
en nuestras mentes. Este prejuicio
psicológico, aún continúa vivo hoy, afirmamos los psicólogos, cuando se percibe
los cuerpos muertos (enfermos) frente al médico que los resucita. Relación
psicológica vertical que no da paso al diálogo entre los seres humanos
(sapiens). ¿Cómo así?
En la mayoría de cuerpos muertos que
no son escuchados en sus síntomas y signos.
En las calles de mi pueblo: Arequipa, Chinchero. En nuestros vecinos: Chile, Bolivia,
Argentina, Venezuela, Ecuador… Porque así como el sistema sanitario ve como
muertos nuestros cuerpos, así se construyen las relaciones psicológicas de la
sociedad. Al cuerpo muerto no se le
puede escuchar, sino darle tratamiento para resucitar a la sobrevivencia, como
si la vida que otorgan, a nuestros cuerpos muertos, fuera un favor que nos
regalan, quienes obsesivamente pueden tener las posibilidades de concederlo. Por eso, psicológicamente nos ven como “alienígenas”,
fuera de la vida normal. El médico
especialista se da cuenta del asombro de mi cuerpo que sigue preguntando. Lo trata con sabiduría e intenta dar
esperanza. Hacemos el pacto de
confianza, porque nadie mejor que un profesional de medicina que carga la gran
historia de ciencia. Me vuelvo a unir al
sentimiento (síntoma) de miles de cuerpos gritando en la calle que se sienten
libres, mejor que nunca por decir lo que sienten y los signos que experimentan:
desigualdad, hambre, miseria, motivación reactiva. Cuerpos muertos que quieren vivir, por el
éxito económico de nuestros países, que como alucinación de aquella historia ficticia
de éxito, denominada era agrícola, vive impregnada en nuestro cerebro como un
pasado al que nos intentan hacer volver, conservando el privilegio de unos
pocos, amos y señores de nuestros pueblos.
Pero, ¿Qué significa “despertar” para el cuerpo muerto, que grita en las
calles y en esta emergencia del hospital donde se encuentra, a punto de ser
hospitalizado, sometido a la obediencia psicológica?
Desde que Alemania dejó de ver a
sus ciudadanos como cuerpos muertos, en 1884, pudo crear un sistema sanitario
que incluya a todos, con una dinámica público-privada. Consecuencia: es su modelo social
también. En la Rusia Zarista hubo
ensayos previos. Se consolidó el modelo
sanitario en 1864, incluyendo la zona rural.
Consecuencia: es su modelo social.
En Gran Bretaña se instauró definitivamente en 1948. Un Estado que asume la salud de los cuerpos
de sus ciudadanos en su totalidad, para propios y extraños en su
territorio. También es su modelo social. En Cuba, la historia es muy conocida de
sobra. Su modelo sanitario es coherente
con su modelo social. A los cuerpos
dejaron de verlos como muertos para conversar con ellos, dialogar,
razonar. De esa dinámica psicológica
nacen nuevos conflictos que van perfeccionando el sistema. Liberados del prejuicio alucinado de éxitos
económicos. Porque los cuerpos son
capaces de gestionar la vida y la muerte, sin obsesionarse por lo uno u otro.
Contrariamente a lo que sucede en Estados Unidos, donde el cuerpo, psicológicamente
es percibido como un cuerpo muerto. Tan
es así, que lo primero que se les ocurrió, en 1983, llevar pacientes de países pobres
para que vendan sus riñones y puedan salvar la vida de otros cuerpos que ellos
consideran vivos. La compañía de Barry
Jacobs, Kidney Exchange Ltd., proyecto que no pasó a la realidad. La salud, como su sociedad, está expuesta al
libre mercado privado. Pero, para mi cuerpo muerto ¿Qué significa el grito “despertar”,
de los Latinoamericanos en las calles?
Cuando este cuerpo muerto escuchó
los gritos solidarios de América Latina: “despertar”. Mi cuerpo muerto pide la impresión de los
análisis que vio el médico, nuevamente.
La hemoglobina está a 8.9. ¡Todos sorprendidos! Cambio de esquema. Sigo confiando en la sabiduría médica, por
esa capacidad de asombro para corregir errores, que tiene miles de años de
investigación científica. Por ahora, gestionar
la vida y la muerte, es un derecho de nuestro cuerpo que se refleja en el
diálogo profesional de salud-paciente, que no podemos eludir. Porque es el mismo reflejo psicológico social
que están exigiendo hoy en las calles de América Latina. De tú a tú. Sin más. Alta voluntaria y a seguir adelante.
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HARARI, Y. N. (2017). Sapiens. De animales a
dioses. Una breve historia de la humanidad. Lima: DEBATE.
MULET, J. (2015). Medicina sin engaños. Todo lo que
necesitas saber sobre los peligros de la medicina alternativa. Barcelona:
Editorial Planeta.
PINKER, S. (2018). La tabla rasa. La negación
moderna de la naturalea humana. Bogotá: Paidós.
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