Psicología de la persona jurídica vs la persona natural. CADE 2019
Las empresas, son uno de esos
grandes inventos, que solo existen en nuestra imaginación. Se les ha puesto acta nacimiento y se le ha
dado vida. Las llamamos “personas” jurídicas,
con todos los derechos que una “persona” necesita. Se le inventó reglas. El cerebro se encargó de darles todas las
posibilidades de vida: casi sin muerte.
Y, finalmente, las puso al servicio de la humanidad. Incluso podríamos decir que existe una
realidad intersubjetiva. La humanidad se
relaciona con ellas, como si todo fuera natural. Entre estas personas jurídicas también se
relacionan: se emparentan, divorcian, crean clanes. Tienen todos los derechos y deberes, como
cualquier “sujeto”. Toda una psicología
de la imaginación. No solo las empresas
son producto de la imaginación. También
lo es el dinero y la nación, por ejemplos.
Se le ha dado un valor a los billetes y monedas, en la que todos estamos
de acuerdo. Pero eso, solo existe en
nuestra cabeza. Así como, la nación y
sus límites. Se ha inventado las
fronteras y, junto a ello, las normas para una mejor convivencia. Lo real y la imaginación se fusionan e interactúan,
como si todo fuera natural. No lo
es. La psicología algorítmica cerebral
lo ha inventado para estar tranquilos.
Pero, ¿realmente está a nuestro servicio?
Ahora resulta que, lo que debió
estar a nuestro servicio, se transformó, por la fuerza de la retroalimentación
psicológica. Es decir, por la fuerza de la
costumbre. La cotidianidad de las
relaciones. Y ahora, el “sujeto” está al
servicio de sus propios inventos.
Necesidad de ganar más dinero, para tener una vida que responda a los
requerimientos actuales. Entonces, se
busca a esas “personas” jurídicas, para
trabajar más y obtener más ganancias. Los
inventos del cerebro ha esclavizado al “sujeto”. A tal punto que, psicológicamente, el “sujeto”
se siente vigilado y sometido. Por eso,
la depresión, asperger, ansiedad, hiperactividad, síndrome de burnout, son
expresiones psicológicas de un “sujeto” sometido y esclavo. Entonces, ¿Cómo describimos la psicología del
“sujeto” que inventó estas “personas” jurídicas?
El “sujeto” es una persona
natural, que como el término indica está atada.
¿Sujetada a qué? A su cultura, su raza, historia y todo lo demás. La libertad es para las “personas” que el
sujeto ha inventado y no para él mismo.
Es la radicalidad de una visión del mundo, donde el mercado es el
escenario de esas libres relaciones entre la persona jurídica y persona
natural. La libertad, en este momento,
la tiene la primera. Lo que debió estar al
servicio de la humanidad, se convirtió en el amo y señor de la existencia
humana. Es la psicología del sometimiento
y abuso, hasta el extremo de hacer que su propio inventor, viva en una cárcel
que la lleva muy dentro de sí mismo. Por
eso, es necesario la sujeción. Sujeto. Es decir, obedecer las reglas inventadas de
las personas jurídicas, para permitirles vivir a ellas, aun cuando este sujeto
tenga que dar la vida, para que ellas sigan existiendo por los siglos de los
siglos. De generación tras
generación. Este mecanismo opera a
través de las sensaciones, emociones y pensamiento. ¿Existen ejemplos psicológicos concretos, en
nuestra realidad para ver este sometimiento?
Claro que sí. En aras de una
mejor economía, en la década de los 90 se elaboró un plan eugenésico en el
Perú. Es decir, un programa para reducir
la reproducción humana y permitir un mejor crecimiento económico. Por ello, se esteriliza a muchas mujeres
campesinas, de manera especial, sin su consentimiento, para evitar que la
economía se desbalance. Una limpieza “necesaria”,
para el gobierno del ex dictador, Alberto Fujimori. Paralelamente, comienza un crecimiento de las
“personas” jurídicas, empresas, con ganas de invertir en Perú. Así las cosas, se perdió el derecho a la
protesta de los sujetos, a través de asesinatos y golpe de Estado, en nombre de
otro invento: la nación, bajo el lema del “progreso”. Desde esa fecha, hasta hoy, se impone el
gobierno de las personas jurídicas, como único elemento que permite la
supervivencia de los sujetos, en Perú. Por
ello, como en toda cárcel interiorizada, se exige más disciplina para estar al
servicio de las empresas. Es normal, que
empresas paguen sumas millonarias para elegir “sujetos”, como el ex dictador,
que garantice este sometimiento. Eso “no
es delito”, aunque la salud psicosomática haga trizas a los sujetos. Porque, finalmente, la psicología de la vida
eterna es para estas “personas” jurídicas, no para las personas naturales, que
viven sujetas a su finitud. ¿Se puede
revertir esta situación?
Claro que sí. Tomar conciencia que los inventos solo existen
en nuestra imaginación. Ello puede
cambiar. Nuestro cerebro está esperando
más cuestionamientos para ayudarnos a dar respuestas de sobrevivencia, sin
hacer caso a las respuestas rápidas, emocionales. ¿Cómo así?
Si los sujetos las inventaron, son los únicos que pueden ponerle
fin. Así, la reciprocidad como modelo
económico antiguo, se transformó en billetes y monedas. Después de eso, se transformó en tarjetas. Hoy, es una realidad virtual, sin billetes,
monedas ni tarjetas. Esta capacidad
psicológica de transformar los inventos, puede ayudar a transformar el
sometimiento a lo que fue un invento de la humanidad, en beneficio de la
dignidad ética y ontológica. Es decir,
en beneficio de las relaciones humanas justas, autónomas y libres, que respete
la naturaleza de los Sapiens.
La conferencia anual de ejecutivos (CADE) 2019, ha confirmado esta psicología del
sometimiento. El mea culpa, es un show
tipo fotografía de Facebook. Por ello,
el “paso al costado” no se entiende, porque no tiene pies ni cabeza en que
sostenerse, sino es pensado en beneficio de las “personas” jurídicas. Se ha
entrado a una etapa de divorcio, con todas las implicancias emocionales que
este proceso exige y que tiene toda la esperanza puesta en la ciudadanía, en
las calles, como el resto de América Latina.
CADE es una invitación a salir a la calle para poner al servicio de las
personas naturales, las empresas, o personas jurídicas. No al revés, por salud
psicológica.
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Fotografía de El Comercio/Perú. |
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FOUCAULT, M. (2019). Historia de la sexualidad IV.
Las confesiones de la carne. Madrid: Siglo XXI.
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