#PerúPaísDeVioladores

Julia, amiga mía.  Colega.  Estamos supervisando el trabajo psicológico.  Emociones encontradas.  Mirando nuestras vidas en la intimidad del trabajo profesional. Enfrentamos la cuarta sesión de: Jaime, 33 años; profesional destacado; solicitó nuestra ayuda psicoterapéutica.  Miro tus ojos Julia que con atención escrudiñas mis sentimientos de psicólogo, mientras recuerdo la escena con Jaime.  ¿Qué es lo que observas en mis ojos? La escena donde estoy parado con Jaime en la salita terapéutica:

Vivía con mi abuela, en los andes del norte.  Mi madre no quiso tenerme.  Sólo mi abuela y yo.  Tenía 7 años, cuando me envió a comprar algo.  Las casas andinas son muy separadas, unas de otras.  La vida es precaria, muy pobre.  Mi vecino, hijo de doña Clementina, un señor de más o menos 20 años, estaba parado en el camino.  Me preguntó si quería ganarme 5 soles…

Tomo un sorbo de agua, para que no se me quiebre la voz ante la mirada de Julia, mientras estoy viviendo la escena de esa cuarta sesión.  Tienes que saber que Jaime fue amonestado por su jefe en el trabajo, porque uno de los jóvenes a su cargo se pegó mucho a él.  Esa llamada de atención le recordó aquella escena, por la que vino a consulta.  Entonces procedes a la pregunta de rigor: ¿Qué sentiste en aquel momento? Esta interrogante es muy fácil plantearla a nuestros pacientes (1).  Pero me la haces a mí y siento que quitas el muro para seguir hablando de aquella escena, cuando Jaime narra:

No me podía negar a recibir esos 5 soles.  Pero, tienes que hacer todo lo que te diga, me dijo.  Caminamos a los cañaverales.  Me quitó el polo. Me dijo que me acostara.  Ya no podía negarme.  Me cogió fuerte y me dijo que me echara boca abajo.  Me jaló los pantalones y un dolor grande sentí.  Dos veces.  Me dijo que no le dijera a nadie, porque me iban a pegar.  Escuchamos la voz de mi abuela que me llamaba. Salí corriendo.  En la casa me dolía mucho y salía sangre.  No dije nada, porque tenía miedo de que mi abuela me pegara…

Mantienes la mirada sobre mí, amiga mía, para sostener mi furia y dolor que no pude demostrar frente a Jaime.  La pobreza en nuestro país también es una violación añadida.  Pienso en los 9 millones 780 mil pobres en Perú, en este año 2024 (2), que podrían ser violentados sexualmente, una y otra vez.  Cinco soles bastaron para desgraciar toda una vida.  Eso es lo que lees en mi relato, en la supervisión profesional. No lo dudo.  Tenía que hacer esa cuarta sesión, por Jaime.  Él y yo parados, viendo el camino en los cañaverales.  Le digo que mire al Jaime de los 7 años en ese momento, ¿Qué haces o qué le dirías?:

Le digo que corra.  Que le va a hacer daño.  Que no reciba los cinco soles…

La maldita culpabilidad sigue en Jaime.  Siento furia por tantos años cargados de culpa en él, por ese momento traumático.  Por el bullying recibido en su colegio, por no desarrollar como los otros niños.  Cabeza gacha.  Cada insulto del profesor o de los amigos, que le recuerdan el camino y la orden de su abusador: “No le digas a nadie porque te pegan…”  El niño “mariquita”.  Nada de eso podemos cambiar en la vida de Jaime.  Una y otra vez, afirma que los niños no le gustaron jamás, ni en la adolescencia.  Le gustaban las mujeres en la universidad, pero no le fue bien.  Fue “choteado”.  Alguna vez tuvo contacto con un chico de su edad.  Confusión, por la identidad que no logra descifrar en su vida, emocionalmente inestable.  La definición identitaria encarcela (3) a quien se define y le impide el paso a desarrollar psicológicamente en su vida sexual.  ¡Qué difícil se hace entender que el género es un constructo! estimada Julia.  Jaime no necesita definirse.  Necesita liberarse, en ese momento. Siento que Jaime tiene que reivindicarse sin culpa alguna.  Tengo que inducirle con voz firme, frente a él, en el camino maldito de esos 7 años: “¿Aún le sigues culpando, a tus 33 años, a ese Jaime de 7 años?”. Llora.  Se queda en un silencio largo.  Tengo que absorber ese silencio, que se convertirá en un grito en la sala terapéutica entonces solloza…

Aunque te haga daño ese maldito, jaimito, yo estoy contigo para cuidarte.  Yo te llevo de regreso a casa.  Nadie te volverá hacer daño.  Estoy contigo…

Lloró amargamente Jaime, en esa sesión.  Se paró erguido frente a Jaimito.  Lo sostuvo.  Miró con furia al abusador.  Bebo agua, para contarle a Julia, lo que sentí ante la mirada de Jaime al violador y la cadena de violadores y violadoras de su vida.  Furia contenida en la sesión cuarta.  Siento fuerza. Aprieto el vaso, donde estoy bebiendo, por la pregunta que le hice a Jaime: ¿Qué harás con ese hombre que abusó de Jaimito?

So mierda, nunca más le volverás hacer daño.  Lo cojo del cuello y lo quiero estrangular – le doy el cojín de la sala- Lo golpea contra la pared, gritando y llorando: Nunca más, maldito de mierda…

Julia me abraza con la mirada.  Lloramos por dentro.  Sabemos que le espera una larga ruta de sesiones a Jaime, para sostener sus nuevas emociones.  Desanudar las constantes violaciones que la sociedad le fue imponiendo en su vida.  Y frente a Julia sentimos esperanza.  Sentimos fuerza.  Los colegas-amigos, nos sostenemos, en las supervisiones, para enfrentar la miseria de reconocer a #PerúPaísdeVioladores.


Foto del amigo Randu


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1.

HARARI YN. Homo Deus. Breve historia del mañana Lima: Debate; 2017.

2.

Garcia Meza O. EN EL 2024, LA POBREZA EN EL PERÚ LLEGÓ A 29%: ¿POR QUÉ SE HA DADO ESTE INCREMENTO Y QUÉ DEBIÓ HACERSE? Punto Edu. PUCP. 10 mayo 2024.

3.

PRECIADO PB. Manifiesto Contrasexual. Edición del 20° aniversariocon una nueva introducción del autor Barcelona: ANAGRAMA; 2020.

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Comentarios

PLACEBO ha dicho que…
Cómo sociedad necesitamos informarnos o que se nos informe, que se masifique e intensifique estos temas en todo escenario, que se divulgue sin ningun reparo para ser resueltos con profesionalismo y jurisprudencia.
BILLY JAVIER ha dicho que…
Gracias placebo por tu comentario. De acuerdo. Es necesario visibilizar los abusos sexuales para encontrar soluciones, como sociedad. Todos sabemos de estos casos y tenemos que romper el tabú de hablar de ello. Saludos.
Luis G. Palacios Ramírez ha dicho que…
Impactante, indignante, doloroso. Que esté narrado de esta manera conmueve todavía más.
BILLY JAVIER ha dicho que…
Estimado Luis, tienes razón al decir que es indignante y doloroso. Cuando me dijiste, por otro medio, que da la sensación que somos producto de violaciones constantes, desde la realidad que vivimos, me sentí totalmente identificado con esa valoración conclusiva.

Por ello, es urgente hablar y visibilizar estos temas. Solo así podremos hacerles frente y superarlos.

Gracias por tu comentario y la valoración que das al tema expresado.

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