Historia psicológica del "falo"
El padre de la medicina,
Hipócrates, en uno de sus tratados, explicaba con lujo de detalle cómo es que
se producía el esperma. Según este
tratado, esta sustancia espumosa, se refinaba en primer lugar en la
sangre. Luego, pasaba por el
cerebro. A partir de allí, continuaba su
recorrido hacia los riñones y los testículos.
Llegado al pene era esparcido para crear nuevas vidas. De ahí que, los riñones era un órgano tan
importante, como lo es el cerebro ahora.
En este recorrido los fluidos de sangre y agua, eran suficientes para
producir esperma. Durante su recorrido,
se unía con el espíritu del varón y estaba listo para dar una nueva vida al
mundo. En este pensamiento centrado en
el varón, la mujer solo era un depósito del líquido seminal. De ahí, que era posible que un Adán pueda
parir a Eva de una parte de su cuerpo, sin ningún problema. Aunque este relato mítico fue escrito mucho
antes de este tratado, ya estaba en el ambiente. Se consolidó para el siglo I, con toda la
normalidad del mundo. Igual, nadie se
hizo problema ante Zeus que pariera a Atenea de su frente. Era totalmente normal y estaba dentro de los
esquemas científicos de la época.
¿Cuáles son las repercusiones psicológicas de estos relatos míticos,
para la psicosexualidad?
Al tomarse como relatos veraces,
sin lo que conocemos hoy como evidencia científica, dadas las grandes
limitaciones de la época, la humanidad tiene asumido en sus genes que el varón
tiene una potencialidad única e inigualable para el futuro de los Sapiens. Gracias a estos mitos, la psicología
freudiana dio mucha importancia al “falo” (pene). Por eso, la psicología freudiana en sus
inicios históricos, su teoría es considerada machista. En el psicoanálisis inicial el “falo” se
instaló en el inconsciente colectivo como poder, dominación, y con gran
capacidad para dar vida. Incluso se
llegó a afirmar que la mujer padecía un trauma psíquico de origen, por la “envidia
al pene”. Por supuesto, esto se ha ido
superando en las ciencias médicas y de la psicología, pero la evolución de la
neurociencia no se da un día para otro. ¿Cómo fue asumida esta psicología, en la
religiosidad del cristianismo, desde occidente?
Para los lectores cristianos del siglo I, esto
no era ningún problema este mito, porque estaba basado en la ciencia. Por eso, la pasión de Cristo, la narraron de
tal manera que pareciera que Cristo era un novio, que durante su pasión estaba
consumando una boda. Ellos, podían
entender perfectamente, que al colocarle una corona al líder de los cristianos,
era muy parecido a cualquier hebreo que se preparaba para una boda. Cuando le pusieron la capa, era el mejor
símbolo que expresaba la consumación de un varón en su día nupcial. Y al presentarlo como Rey, no cabía la menor
duda, que todo varón en sus nupcias se convierte en alguien que da vida, a
través de sus fluidos seminales. Por
eso, al insertar la lanza en su costado sale sangre mezclada con agua. Los lectores del siglo I, sabían que es
líquido era el origen de la vida, como tantos relatos míticos. De ahí, que los primeros teólogos del
cristianismo, afirmaban sin dudarlo, que en ese momento nació la Iglesia. Así se ha entendido siempre en los
fundamentos de la teología cristiana. El
sexo y la sexualidad, jamás fueron un problema para los primeros cristianos,
antes de Roma. Esta reflexión mítica,
trajo serias consecuencias en la estructura institucional, en la psicología
organizacional de las iglesias cristianas, que hasta hoy no pueden liberarse. En el siglo I no existía este tipo de
problema psíquico de su religiosidad.
¿Por qué es importante saber toda esta historia?
Porque nuestra salud psicológica
depende mucho del tema psicosexual y de liberar a la ciencia de prejuicios. Por estos relatos míticos, que influyen en la
ciencia, religión y moral, la ciencia avanzó a pasos lentos. Lo tenemos en nuestros genes y la evolución
no avanza hacia donde debe llegar. Tuvo
que pasar siglos para saber cómo funciona la sexualidad femenina. Al punto que cuando el médico científico Paúl
Ehrlich, inventó el salvarsán, primer medicamento contra la sífilis, la
enfermedad venérea que mataba en masa a los europeos, fue difamado y muy criticado. Sin
embargo, desde que unos varones médicos-científicos, Djarassi, Miramontes y
Rosenkranz que trabajaron con muchas mujeres, durante años, pudieron dar como
resultado los primeros anticonceptivos, la historia es otra, en las cuestiones
de género. Las mujeres comenzaron a
completar esta evolución de las neurociencias, hasta nuestros días. Hoy no se entiende una estructura de
ingeniería, medicina humana, psicología y otras ciencias, sin la dimensión de tomar
en cuenta el otro fluido seminal, aparte del varón. ¿Necesitamos desterrar estos mitos?
Por supuesto que sí. Necesitamos nuevos mitos, que se basen en las
ciencias, como aquellos, para seguir evolucionando. Ahora estamos frente a una nueva religiosidad
que nos desafía a encontrar otras maneras de mirar nuestra psicología: la
religión de la data. No es una cuestión
de varones o mujeres, sino de Sapiens, frente a nuevos desafíos por nuestra
salud psicológica y sobrevivencia.
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FEHRIBACH, A. (2001). Las mujeres en la vida del
Novio; Un análisis histórico-literario de los personajes femeninas en el cuarto
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sobre los peligros de la medicina alternativa. Barcelona: Planeta.
PELAJA, Margherita - SCARAFFIA, Lucetta. (2011). Dos en una sola carne.
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