El Dios inventado puede entrar "para robar y matar y hacer estragos" (Jn.10, 1-10)
En ese momento se
iluminan las entidades financieras que están en el entorno. La parte
superior del edificio Municipal se ilumina. La Catedral también.
Todo lo que es negocio tiene iluminación. Pero el parque central de
mi tierra, no tiene luz. Quizá allí se encuentre el Buen Pastor, que
intenta esconder la religión con sus normas y disposiciones. Dogmas desencajados de la realidad humana. Tomo conciencia que soy parte de esas
cuatro quintas partes de la humanidad que está adscrita a algún movimiento
religioso: más de 800 millones al hinduismo. 1300 millones al islam.
Cerca de 2000 millones al cristianismo. Aproximadamente 350
millones al budismo. Un poco más de 200
millones de religiones chinas. 16
millones al judaísmo. Los seres humanos
no religiosos suman el 20%. Una cuarta
parte de los Estados del mundo, mantiene un vínculo formal con una religión (TAMAYO, 2012) . Entonces puedo orar, con facilidad, mientras
me retiro de la oscuridad. Porque la
oración no es exclusividad de las religiones, ni de los ateos. También yo puedo hacerlo.
La voz que dialoga en lo intercultural,
con sus ancestros que muestran con orgullo.
También lo interreligioso, por la infinidad de movimientos religiosos
que existen allí. La voz de aquella paz
que se negocia, en la resolución de conflictos, y no la impone con amenazas de
infierno o con arma en mano. La que practica la tolerancia y el diálogo. Que elimina las discriminaciones de género de
las religiones, porque están hartos que las mujeres no estudien y los hombres
no culminen jamás ningún estudio, sin nada que trasmitir a sus hijos. Historia que cargan desde el siglo XIV.
Escuchan la voz que combate el fatalismo y determinismo, por eso siguen
viviendo y creyendo. Mientras tanto,
escuchan a los ladrones, religiosos y civiles, pero no hacen caso. Puede más su fuerza espiritual unida a sus
ancestros y a la esperanza de encontrar más humanos unidos a su causa. Aquellos que sean puerta y permitan entrar,
con toda esa voz que escuchan con el alma, y que les permite vivir.
Siento nostalgia por el cristianismo que
era considerado ateo, en sus inicios, porque se negaba a adorar a los dioses
romanos. Se negaba a ser idólatra. Aquel grupo que aspiraba a la sabiduría, no
para alardear, oprimir, manipular o inflarse en su ego, sino para entrar en
sintonía con lo más hondo de la humanidad, allí donde radica lo realmente
divino. Porque, para ser sincero, lo más
pernicioso de las religiones es que enseñan que estar satisfecho con el
desconocimiento es una virtud (DAWKINS, 2014) . Por ello, alaban la fe del pueblo, aunque no
sepan leer y escribir, y prefieren seguir ignorando dónde dormirán los pobres mañana,
porque el asunto de fondo sigue siendo ético (GUTIÉRREZ, 2002) . Una religión sin ética, es una farsa. No es el buen Pastor y no merece ser
escuchada, como dice el Evangelio de Hoy.
Termino mi oración arraigado en mis convicciones por un mundo mejor, del
cual estoy completamente comprometido.
Esa es la puerta, por la que deseo ardientemente entrar siempre.
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DAWKINS, R. (2014). El espejismo de Dios.
Barcelona: Booket.
GOMEZ-ACEBO, I. (2000).
Y vosotras, ¿quién decís que soy yo? . Bilbao: Desclée de Brower.
GUTIÉRREZ, G. (2002). ¿Dónde
dormirán los pobres? Lima: IBC-IEP.
TAMAYO, J. J. (2012). Otra
Teología es posible. Pluralismo religios, interculturalidad y feminismo. .
Barcelona: Herder.
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