Municipalidad Paimas; hablar de sexualidad con nuestro pueblo
Dos aspectos quiero dejar
bien claros: 1) cuando regresen a sus hogares, cuéntales a tus hijos, nietos,
sobrinos la historia de su nacimiento.
2) Permitan que los niños jueguen con otros niños de su misma edad, el
juego de “sé tú la mami y yo el papi”.
¿Por qué?
1. 1) LA HISTORIA DE MI NACIMIENTO.
Desde antes de nacer, teníamos curiosidad
por tocar nuestro cuerpo. Nos movíamos
muy a menudo, en el útero de nuestra madre.
Reconocíamos, con esta conducta, la geografía de nuestro cuerpo. Por ello, las fotos que revolucionaron al
mundo, fueron de un feto que se chupaba el dedo. Gracias a la técnica del endoscopio, Lennart
Nilsson (wikkipedia, 2017), un gran fotógrafo
científico, pudimos ver esos detalles, de lo que hacíamos dentro del útero de
nuestra madre.
Pero, no solo nos chupábamos el
dedo. Nos tocábamos todo nuestro
cuerpo. Nuestro s genitales, fueron
objeto también de nuestra exploración.
Cuando nos lo tocábamos, hacíamos movimientos de vaivén. Se agitaba el corazón cada vez más rápido. Inmediatamente, después, nos quedábamos
profundamente dormidos, quietos. Así lo
registraron Master & Johnson (1988), en sus estudios. Aprendimos, desde antes de nacer, que parte de
nuestro cuerpo nos proporcionaba sensaciones muy agradables. Toda esta información, se almacenó en nuestro
cerebro. Se iba consolidando una
información, que me servirá en la edad adulta, para darme cuenta de la
capacidad que tiene mi cuerpo para experimentar placer conmigo mismo o,
también, con otro ser humano.
Conmigo mismo, cuando jugué
varias veces, dentro del útero de mi madre, con mi cuerpo y los movimientos que
experimentaba al tocarme los genitales.
Con otro, cuando mi madre se calmaba, para permitirme esta exploración,
sin interrumpir este proceso. Hasta
sentía las caricias de mi madre, totalmente concentrada, en lo que yo estaba
jugando conmigo mismo. Esto me preparó,
para que en la edad adulta pueda amar con mucha intensidad.
Por ello, es necesario saber si
mi madre estaba tranquila cuando me tuvo en su vientre. Si la relación con mi padre, o con las
personas que le rodeaban, era tranquila y me permitió jugar pausadamente. Sin que mi madre viviera asustada o violentada. Porque eso, hubiera
interrumpido esta exploración que me servirá para la vida.
Cuando los gritos en la casa, los
miedos, los golpes a mi madre, las borracheras constantes, impidieron que yo
juegue, o me interrumpieron esta exploración de placer en el útero de mi madre,
pueden explicar mis miedos al sentir el placer de mi cuerpo cuando me gusta
alguien, o cuando me acaricio, o cuando la persona que me gusta me acaricia y
siento mucha vergüenza. Mi cerebro, tiene
una información faltante, que necesito trabajarla, después de nacer. Por ello, es necesario saber esta historia
sobre el embarazo de mi madre y mi nacimiento.
Nada de lo que pasó en esta
etapa, nos estancará en nuestra vida.
Porque puede ser trabajado, espontáneamente o con ayuda, en el trascurso
de las diferentes etapas posteriores.
2. 2) “SÉ TÚ LA MAMI Y YO EL PAPI”; JUEGOS
SOCIO-SEXUALES.
Antes de entrar a la escuela, o
estando en nuestros primeros pasos escolares, el juego de “sé tú la mami y yo
el papi”, que jugábamos con las niñitas o niñitos, que nos gustaban. Aquella preparación de alimentos: las
ollitas, los platos, las tasitas. Donde
alguien hacía de mamá o papá, nos daban de comer. Alguien hacia de hijo, de mamá, de tía,
tío. Éramos muy felices.
Algunas veces, en este juego, nos
gustaba estar totalmente desnudos (calatos).
No había malicia alguna. Nos
gustaba ver a nuestra amiga desnuda, o a nuestros amigos. Nos íbamos conociendo. Incluso, nos señalábamos y mencionábamos las
diferencias. Algunas veces, cuando
abrazábamos a la niñita, o niñito, que nos gustaba, sentíamos el mismo placer,
que experimentamos antes de nacer. Sin
darnos cuenta que eso era sexo, como lo sabemos ahora de adultos. Pero, experimentábamos algo muy bello en nosotros. Hasta llegamos a jugar desnudos en la cama o
escondidos en cualquier lugar. Uno sobre
otro.
Este gran descubrimiento, nos
abrió un panorama mucho más amplio de nuestra vida afectiva. Nos permitió enterarnos, que no solo podemos
tener placer por nosotros mismos, sino también con la persona que nos
gusta. Porque, este juego no lo jugamos
con cualquiera. Siempre era con la
amiguita, o amiguito, que nos gustaba estar.
Y cuando ella, o él, decía basta, se terminaba el juego. No hubo violencia, ni obligación de nadie. Se terminaba el juego sin más. Ambos éramos muy felices y continuamos con
nuestras vidas u otros juegos. Nadie se
embarazó, porque cuando se juega entre niñitos de la misma edad, no pasa
eso. Ninguno se volvió promiscuo, porque es un
juego más. Tampoco, alguien se volvió
gay, lesbiana o prostituta, por haber jugado de esta manera. Pero, ¿Para qué sirvió este juego?
Con este juego, aprendimos que el
afecto, la ternura y el placer que producen, son compartidos con alguien que
nos atrae, nos gusta. Que puedo
manejarlo con otro ser humano que me agrada.
Además, aprendí a negociar roles, normas y turnos. A respetar el limite, cuando la amiguita, o
amiguito, ya no quería jugar más.
Aprendí que el placer de mi cuerpo, puedo manejarlo con la persona que
me gusta. Perdí el miedo a sentir
placer por alguien que me atrae. La
información que tenía en el cerebro antes de nacer, con mi propio cuerpo, se
consolidó con esta experiencia. ¿Hay
algunas recomendaciones que tenemos que evitar en este juego? Si:
a. Este jueguito, se da entre niñitos de la misma
edad. Jamás entre un niñito con un
adolescente. Porque el adolescente,
hermanito o hermanita mayor, está en otra etapa de desarrollo. El adolescente puede pensar que su
hermanito, hermanita, primita, quiere hacer el amor con él, o ella, y esto no
es así. El niñito está jugando. El adolescente está buscando experimentar
placer con su propio orgasmo, como el adulto.
Por eso hay que tener cuidado. Este jueguito es solo con niños de la misma
edad.
b. Tampoco se puede jugar con otro adulto: Papá,
mamá, tío, tía, abuelito o abuelita. Porque cada uno vive sus propias etapas de
desarrollo. Aunque el niñito o niñita,
inicie el juego, tocando al adulto, hay que evitarlo pausadamente; jugando otra
cosa con los niñitos o enviarlo a jugar con otros de su edad. Muchos adultos, cuando no tienen esta
información, piensan que el niñito, o niñita, está pidiendo una relación
sexo-genital, como un adulto, y suele suceder un daño muy profundo en la vida
de un niño o niña.
c. Cuando vea a unos niñitos, de la misma edad,
jugando desnudos, de esta manera, hay que observarlos, sin espantarnos, ni
interrumpir bruscamente. Hagamos otro
tipo de juego, donde ambos, puedan divertirse, sin mostrarles temor a esos
abrazos que puedan darse entre ellos.
Habremos aprendido, si no nos
interrumpieron bruscamente este juego, a decir no a quien no quiero que me
toque. Además, a respetar a la persona
que quiero. Perder el miedo a enamorarme
y sentir inmenso placer, en la edad adulta. A no esconder mi sexualidad. Sobre todo, a tener empatía con las personas
que quiero. La empatía es una cualidad que se aprende, con
este juego, hacia las personas que me son atractivas. Un requisito indispensable, para la vida de
pareja en la adultez.
Gracias Municipalidad de Paimas,
por esta invitación, y estos minutos con nuestro pueblo. Octubre de 2017.
___
wikkipedia. (22 de
agosto de 2017). wikkipedia.com. Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/Lennart_Nilsson
Comentarios