Conversatorio: profesores y alumnos de Psicología, en tiempos de pandemia.
Retomé los estudios de psicología después de muchos años.
Compartía mi vida entre el trabajo, los estudios y el compromiso de vida
adquirido, en aquel momento. Allí estaba
Patty, Eliana, Tito, Manuel, Juan, Mary y tantos amigxs más. Entre los libros, llevaba hígado comprado en
el mercado, para dejarlo a mis amigxs de Miguel Grau, los del comedor popular,
cuando la tuberculosis (TBC) se imponía en el Perú, antes de convertirse en
pandemia. Solo Patty sabía ese detalle en mi mochila. En el comedor popular atendía, en un pequeño
consultorio médico, el Dr. Pedro Emilio Alcázar. Años
después volveríamos a trabajar juntos. Me
gustaba exponer con mis amigxs, en los cursos.
Tiene sus ventajas ser uno de los más viejos. Todo esto pensé por unos
segundos, en el conversatorio con los colegas en el día de la salud mental y
aniversario de la Escuela de Psicología de la Universidad Nacional de Piura
(UNP), motivado por algunas intervenciones de lxs alumnxs. ¿Qué fue lo que comentaron?
Quiero dar las gracias por haber demostrado en este conversatorio, los diferentes campos donde están laborando como psicólogos clínicos, educativos, forenses y comunitarios. Por las exigencias que nos imponen a lxs alumnxs, a pesar de todos los esfuerzos que significa estudiar en una universidad pública…Ese comentario me conectó con todo el Perú, porque cuando un estudiante responde ante un evento estresante, y logra con su respuesta liberarse de aquella situación, le es difícil aprender, percibir, que aquella respuesta ha sido eficaz. El equilibrio emocional queda alterado, y algunos indicadores llevan a notar la presencia de un estado de depresión y ansiedad (SELIGMAN, 2000). ¿Qué significa esto? Son alumnxs excelentes, en la investigación intelectual, pero las condiciones externas de pobreza y profundas limitaciones, le hacen pensar que no están a la altura de la ciencia que estudian. Lo mismo que está pasando, en las clases virtuales donde la señal de internet es pésima, en muchas zonas del Perú. El sindicato único de trabajadores en educación del Perú (SUTEP), estima que a finales de este año, un millón de estudiantes de colegios abandonarán las clases virtuales. Hasta el momento en que escribo estas líneas, se contabilizan veinte mil. Sumado a los trescientos cincuenta mil estudiantes universitarios que dejarían de estudiar en universidades privadas (QUINTO, 2020). Son los signos del desamparo aprendido, que se expresa en otros niveles cotidianos de la vida: pareja, familia, barrio, trabajo: “No soy atractivx para nadie”, “no comer lo que nos gusta, porque tenemos que ahorrar, aunque tengamos dinero”, “ponerse la ropa de mi hermanx, porque hay que ahorrar…” “trabajar mañana, tarde y noche sin descansar…” Mientras todo esto pasaba por mi cabeza, surgió una re-acción de mis colegas, que confirma que la adaptación cerebral superior más exitosa conocida es la vida en sociedad (SELIGMAN M. E., 2011). El director de la escuela y algunos colegas reaccionaron, ante la mirada de todxs:
Toda mi formación ha sido en universidades públicas… Cada estudiante de esta universidad paga una mensualidad de más de mil soles… No hubiera podido estudiar si no existiera la enseñanza pública universitaria…
Entonces, todo tiene sentido. Vivir en sociedad, comunidad, en familia como en ese conversatorio, es más adaptativa que, inclusive, los ojos. Porque la forma en que salimos adelante es en grupo. Nuestra evolución es en común-unidad (comunidad). No hay otra forma de ser resilientes en situaciones adversas, no solo por una pandemia como la que experimentamos, sino por situación de crisis y desastres como las estructuras de pobreza, la corrupción de las autoridades, el machismo, la violencia sexual, entre otros desastres estresantes y depresores. Nuestro cerebro no es una pizarra limpia, donde se puede escribir, para introducirnos conocimientos que nos ayuden a salir de estas situaciones. Lo que se mal interpretó en las teorías donde se basa nuestra ciencia. Conocida como la Tabla Rasa (PINKER, 2018). Cuando surgió esta manera de ver el cerebro para trabajar, fue para separarse de entender al ser humano que venía naturalmente diseñado para su propia desgracia. Las cosas pueden cambiar por las interacciones con lo que traemos en nuestros genes, con el ambiente, otros seres humanos y especies. Así se han producido las grandes revoluciones en la historia. De ahí que, la manera en que se expresó al director al confesar su origen intelectual, tiene que ver con su práctica psicotepeútica de buscar sentido en las personas. Los otros colegas, que se perdían en el recuerdo de sus estudios universitarios, se manifiesta en sus servicios clínico experimental constante en los hospitales desde el trabajo en primera línea frente al desastre que vivimos, así como en el trabajo comunitario de crear mesas de diálogo, intervenciones virtuales y presenciales en la promoción y prevención, desde todos las redes sociales posibles de comunicación. Entonces tomó sentido cuando mi colega forense nos hablaba de la realidad de su trabajo frente a tres mil quinientas sesentiocho mujeres desaparecidas y dieciséis asesinadas mensualmente (ElGranAngular, 2020), Incluso, se ha reportado dos partos al mes de niñas entre 0 y 10 años, en los hospitales del Ministerio de Salud (MUÑOZ, 2020). Mientras la mirada científica de mi colega nos hablaba de su trabajo en las cámaras Gessel, durante todo el impacto de esta pandemia.
Rabia expresada, esperanza sentida, ciencia aplicada en contextos adversos, paradójicamente sentir la satisfacción de estar viviendo, junto a los estudiantes de psicología de la UNP, el ejercicio de la ciencia psicológica en servicio de nuestra región, durante ocho años de creación de la Escuela, en la facultad de ciencias de la salud. Simplemente, surge mutuamente, desde lo más hondo de nuestro ser:
¡Gracias!
ElGranAngular.
(10 de octubre de 2020). El Gran Angular. Obtenido de elgranangular.com:
https://elgranangular.com/blog/reportaje/peru-reporta-3568-mujeres-desaparecidas-durante-el-periodo-enero-a-agosto/
MUÑOZ, L. (26 de
septiembre de 2020). OJOPUBLICO. Obtenido de ojo-publico.com:
https://ojo-publico.com/2139/ninas-madres-la-emergencia-suspendida-por-la-pandemia?fbclid=IwAR3-2UAQUWEZRLIbAD6VAZPDRnp0IJpojUUWdrhxiuf25yd5vCVBTDq3SEs
PINKER, S. (2018). La
Tabla Rasa. La negación moderna de la naturaleza humana. Bogotá: Paidós.
QUINTO, C. (03 de
agosto de 2020). RPP noticias. Obtenido de rpp.pe:
https://rpp.pe/peru/actualidad/covid-19-el-15-de-estudiantes-abandono-la-universidad-durante-el-estado-de-emergencia-segun-gremio-de-instituciones-privadas-noticia-1283361
SELIGMAN, M. E.
(2000). Indefensión. Barcelona: DEBATE.
SELIGMAN, M. E.
(2011). La vida que florece. Barcelona: Ediciones B.
Comentarios
En el conversatorio fue algo realmente emocionante, escuchar cómo todos los psi. Hablaron desde sus distintos ámbitos, pero todos con un mismo propósito, mejorar la salud mental y promover la salud pública.
Gracias por motivarnos y por darnos las herramientas para ser mejores profesionales.
Mientras existan personas como tú, con tal vocación para guiarnos a nosotros como futuros psicólogos, nos hace querer seguir aprendiendo y pidiéndo más...
Sin duda alguna, estar en una Universidad pública ahora es un lujo.
Gracias por compartir y por apoyarnos a seguir adelante.
Muy cordialmente, Rolando Eduardo Quispe Tito.