Cuando se ama nunca se pierde; el drama de reírme de mi mismo.
Cuando vi el nombre de Paolo
Genovese (wikipedia.org) , como productor del
filme, me llamó la atención. Además, la
calificación de comedia combinaba para
pasar un momento relajante, después de un fin de semana intenso. Al parecer, el tiempo se había propuesto que la intensidad, de mi visita a la Capital, fuese en todo momento. Hasta en esa
película.
Genovese, intenta
satisfacer mi avidez: curiosear y
consumir vidas ajenas (SIBILIDA,
2008) . Ese fenómeno psicológico aprendido, llevado
hasta el morbo en los medios de comunicación, conocido como los talk show (wikipedia.org) . Resulta que poco a poco, la película me fue
desnudando en cada uno de sus personajes y de los simbolismos psicológicos
utilizados.
Una cena entre un grupo de
parejas amigas. Excepto uno de los
personajes, que estaba solo. Para todos
significaría la última cena. Se
revelarían secretos inconfesados entre ellos.
Un proceso de desciframiento, al entrar en la subjetividad de cada
uno de los invitados. Esto complicaría las relaciones interpersonales,
tejidas por años, de este grupo de amigos.
Los aretes y el aro, como regalos
de cortejo, para relaciones eróticas afectivas, tirados en la cara del esposo y amante. Buscar
un rincón, de aquel encuentro, para escupir la cara del amante infiel, con rabia y
decepción. Sin que el resto de invitados
se entere, en medio de la confusión. Lo
inexplicable de las frustraciones afectivas llevadas al límite.
La esposa que descubre, a través
de mensajes eróticos, a su marido gay.
Él, tratando de explicar lo inevitablemente evidente. Las risas en la sala. Mis ojos abiertos, como todos los
espectadores, sabiendo que el esposo no lo es.
El gay es el otro. Escenificar el
desciframiento subjetivo del amigo del costado, que se queda perplejo, ante una
defensa de argumentos que le van ofendiendo, contra la pareja ausente en esa
cena.
La hija adolescente, que no
aparece en escena más que breve minutos.
Solo para descubrir ante su padre, la infidelidad de la madre. La causante, de tal desvelamiento de todos
los invitados.
El baño, constantemente usado,
para consolar. El lugar de la intimidad consigo mismo,
convertido en el lugar del consuelo. La
puerta cerrada, para que no entre alguien, cuando se quiere estar en soledad o
con alguien al costado, para consolar mis propias miserias y tomar decisiones. Otro simbolismo psicológico, que desvela el
colmo de nuestros desciframientos y desconciertos personales.
Me he reído de mi mismo. Del morbo que llevo dentro. De mis secretos inconfesados. De las cenas infinitas, donde pienso quitarme
las máscaras y gritar en la cara de cada quien las hipocresías de nuestra
vida. Avergonzado, también, de mi propia
miseria. De las heridas, inevitables, a
los otros por la irresponsabilidad de mis decisiones. Me estaba riendo, durante la película, de mi
propia vergüenza personal. Mis propios secretos,
que grito a voces, cuando lo veo en los demás.
Una cena. Una última cena, que
desencadena la ruptura total de amigos y amigas, como perfectos desconocidos.
Todo eso ocurre en la producción
italiana de Paolo Genovese. Sin embargo,
tiene un final asombroso. Algo
inesperado. Como las decisiones
psicológicas personales: no quedarnos en la desnudez. Volver a vestirnos, para no salir del cine,
con nuestra propia vergüenza, tomados de la mano con la pareja, amante o la
ausencia de la persona que amo en secreto.
Todo bien. Porque, cuando se ama
nunca se pierde y se protege, mutuamente, de la mirada de los otros. Todos felices. Salgo riéndome de cada escena. Me muero de la risa. Y termino, pensando en mí mismo, sin esperar
nada.
SIBILIDA, P. (2008). La intimidad como espectáculo.
Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
wikipedia.org. (30 de
mayo de 2017). es.wikipedia.org. Obtenido de WIKIPEDIA:
https://es.wikipedia.org/wiki/Paolo_Genovese
wikipedia.org. (01 de
junio de 2017). es.wikipedia.org. Obtenido de WIKIPEDIA:
https://es.wikipedia.org/wiki/Talk_show
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