Desde el sueño de José, en el Nombre de Ella. (Mt 1, 18-25)
Nos ubicamos en el fin de una gran fiesta religiosa, para la Iglesia Católica. La Pascua de Resurrección y el comienzo del Tiempo Ordinario. Para marcar el fin de esta Gran fiesta y el comienzo del tiempo intenso eclesial, se ubica la celebración de Pentecostés. La acción del Espíritu Santo, como gestor del dinamismo de la vida espiritual y religiosa de todos los cristianos. Esta reflexión nace, también de mi experiencia cristiana, en el momento histórico que vivo. Concretamente son tres acontecimientos, que marcan mi manera de vivir la espiritualidad cristiana, en este momento como laico. Totalmente laico. Primero: los desastres naturales, que nos han afectado a todos nosotros, en estos últimos cuatro meses, por el llamado Fenómeno del Niño Costero. Segundo: la corrupción destapada en los altos mandos de la política nacional, que ha comprometido a ex-presidentes y a los candidatos presidenciales de las últimas elecciones democráticas de nu...