Ella, él; ellos y sus sexos.

Pintura de Luizinho Timoteo ELLA: No podía olvidar aquel amor de sus primeros años universitarios. Soñaron juntos. Hicieron su empresa. Los conocían. Los miraban con envidia. Ella administraba cada movimiento de la empresa. El ideal soñado de toda pareja. Sus dolores en las articulaciones pasaban desapercibidos. Tenía consciencia plena que no podría tener sexo, porque se lo había prohibido el médico. Además, su formación como miembro numeraria del Opus Dei no le permitiría hacerlo antes del matrimonio… ¿Qué pasó con ellos? ÉL: Su sonrisa era un sí absoluto a los besos apasionados que se dieron esa noche. Se desnudó, mostrando todo lo que era y tenía. Habían esperado más de seis años para ese momento. Se besaron hasta quedar extasiados de sus propios olores corporales: “…¿Que quizá soñando estoy aunque despierto me veo? No sueño, pues toco y creo lo que he sido y soy. Y aunque ahora...