El idioma de la psiquiatría y la psicología.
Querida Ana María: Antes de hablar del mayor desafío al que me entrenaste, permíteme honrar los que lo antecedieron. Cada uno fue una puerta abierta hacia el cuidado, la conciencia y la transformación. El primer desafío fue la escucha terapéutica. Aquella que trasciende el idioma, el gesto, el signo, la tonalidad, el silencio profundo. Me enseñaste a escuchar con el alma, a percibir lo que no se dice, a sostener lo que apenas se insinúa. Hoy, esa escucha es mi práctica cotidiana, mi brújula clínica, mi forma de estar con el otro. El segundo desafío fue hablar con claridad el idioma de la salud mental. A través de los casos compartidos, con la intensidad y la entrega que solo tú sabías contagiar, aprendí a desmontar los diagnósticos absolutos que entorpecen el tratamiento. Me enseñaste que el locus de control importa, que el carácter es el sendero por donde transita la psicoterapia, que los niveles de cortisol pueden equilibrarse, que la indigencia estructural es el ...