Intimidad: nos define el cariño mutuo y la lucha compartida.
Ni las derrotas ni las victorias me definen. Las derrotas me dejan un aire pesimista de mí mismo. Las victorias un aire narcisista de sobrevaloración de mí mismo. Ambas situaciones son un engaño, para cuando quiero definirme ¿Quién soy? o ¿Quién dice la gente que soy yo?. Esto tendría que tenerlo claro, desde mi experiencia. Nadie, absolutamente nadie, está llamado al sacrificio ni al culto desmedido de su personalidad. Si pregunto a los demás por mí, no es más que un ejercicio de auto idolatría, que hasta por demás, raya con lo patológico. Por lo tanto, si tenemos que ser sinceros, con nosotros mismos, esa pregunta es irrelevante. Humanamente sin importancia, por salud mental. Lo que me define es la vulnerabilidad del padecimiento, el rechazo por el poder, la muerte que impone el actual sistema. Junto a estos predicados, me define también las victorias, el gozo, la alegría de que la vulnerabilidad no doblega mis principios, ...